Recientemente hemos visto ‘aparecer’ delgadas líneas verdes pintadas en algunas de nuestras calles. Éstas han desplazado cajones de estacionamiento e incluso medio carril para que los autos circulen. Mucha gente ha reaccionado “¿Para qué las ponen?”, “¡Nadie las usa!”, “¡Esto no es Ámsterdam!”
Se ha visto en muchas ciudades del mundo (y de nuestro país) que para recorridos menores a 7 kilómetros, la bicicleta es un modo de transporte rápido y conveniente. Si usted es observador, verá que la mayoría de sus viajes y los de su familia a la escuela, supermercado, trabajo u otra actividad seguramente son menores a esta distancia. ¿Por qué no usar la bicicleta en estos recorridos?.
Como ciudadanos, es nuestra obligación señalar las fallas de nuestros gobiernos, pero también reconocer cuando sus acciones contribuyen a mejorar nuestra calidad de vida.
En este caso, el Municipio de Querétaro, apostando a una visión a futuro, está invirtiendo recursos en la construcción (o pintado) de ciclovías en algunas colonias de nuestra ciudad, para que esos viajes cortos que ahora hacemos en automóvil, se puedan realizar de un modo menos contaminante y más sano.
Tengamos claro que esto no significa que a partir de su ‘aparición’, todas las personas harán todos sus viajes en bicicleta, sino que cualquiera que decida hacerlo en este medio podrá hacerlo de una manera más ágil y segura. Para que esto funcione, como muchas cosas en la ciudad, también se requiere de un esfuerzo de todos los ciudadanos, usuarios o no de esta infraestructura.
Empecemos por respetar el carril dejándolo siempre libre y no maltratando los señalamientos; también respetemos a los ciclistas y protejámoslos (recuerde que algún día usted y su familia podrían estar entre ellos); veamos a la bicicleta no solamente como un artículo recreativo, sino como un modo de transporte utilitario.
Estoy seguro de que el cambio se dará de una manera progresiva y en menos de que nos demos cuenta, esas delgadas líneas verdes estarán llenas de ciclistas.