Cada temporada de lluvias, algunas vialidades se vuelven imposibles de transitar, sobre todo si el pavimento ha cumplido cierto plazo sin recibir mantenimiento o fue de mala calidad. Surgen fallas que, de no ser atendidas, se convierten en baches.
Generalmente la reparación de los baches dependerá, en diferente medida, de diversos factores, tales como la gravedad del daño, concurrencia de la vialidad, quejas ciudadanas, disponibilidad de materiales y personal para su atención.
Existe algo que particularmente llama mi atención, que tiene efectos muy similares a un bache, pero que pocas veces recibe la misma atención: las renivelaciones de registros y pozos de visita.
Cuando se repavimenta una vialidad, en ocasiones no se realiza el proceso de fresado (raspado de la superficie para retirar parcial o totalmente el pavimento deteriorado), lo que provoca que se adicione una capa de carpeta asfáltica sobre la ya existente, elevando el nivel del arroyo vehicular.
Tras lo anterior, es importante renivelar los pozos de drenaje sanitario, pluvial o los registros de instalaciones que se encuentren sobre el arroyo vehicular. El resultado es un punto de hundimiento que, si bien no es un bache, tiene consecuencias similares para quienes transitan en la vialidad.
Destaco también que el impacto de los automóviles al caer en esta infraestructura sin renivelar provoca daños a la misma, ocasionando que, con el tiempo, sea necesario reemplazar rejillas o tapas, generando un costo mayor que la renivelación o, en el peor de los casos, provocando accidentes.
En repetidas ocasiones, la ciudadanía se encarga de improvisar señalamientos para prevenir accidentes, colocando objetos que eviten el paso por las aberturas (llantas, basura, escombro o algún señalamiento improvisado con material en colores llamativos).
Me permito hacer la invitación a que se considere un porcentaje de los recursos de pavimentación para realizar los ajustes y renivelaciones de toda aquella infraestructura que, por su ubicación, forma parte de la superficie de rodamiento de nuestras vialidades; con ello se contribuirá a contar con vías de mejor calidad y a la disminución de costos por reparaciones para la administración pública.