Los árboles son una invaluable fuente de oxígeno para nuestra supervivencia en el planeta. Sus características los vuelven imprescindibles en la naturaleza para la mayoría de los ecosistemas.
Por la inmensa variedad de árboles que existe, resulta complejo establecer un parámetro que ayude a responder la pregunta más simple que nos hacemos: ¿Cuántos árboles producen el oxígeno que consume una persona?
De acuerdo con la revista ‘Muy interesante’, en su sección de preguntas y respuestas publicada el 1 de agosto de 2017, se requieren entre siete y ocho árboles de 12 metros de altura, de la especie ‘Ficus sycomorus’ para cubrir la demanda de oxígeno de una persona.
En su página web, el Municipio de Querétaro publica un interesante inventario de árboles urbanos, en el que se manifiesta que existen 219 mil 134 ejemplares, de los cuales poco más de 81 % se encuentran en óptimas condiciones, y cerca de 2.5% son malos.
Según dicho inventario, existen alrededor de 125 especies de árboles urbanos en el municipio, predominando los ficus y las jacarandas, representando 21.9 % y 10.9 % respectivamente.
Me tomaré el atrevimiento de utilizar el dato de siete a ocho árboles por persona, para determinar que se necesitan alrededor de 6 millones 591 mil 982 árboles para generar el oxígeno que requieren los 878 mil 931 habitantes del Municipio (según Inegi 2015) es decir, 300 % más árboles urbanos de los que actualmente existen.
El instituto de Ingeniería de la UNAM define la cultura de los habitantes como uno de los elementos para las ciudades sustentables; es decir, se requiere cambiar los hábitos de las personas para que, en conjunto, todas las ecotecnias de la ciudad contribuyan a su sustentabilidad.
Le dejo dos preguntas: ¿Será posible que en el entorno urbano se cuente con los espacios suficientes para sembrar los árboles que produjeran el oxígeno que demande la población de cada ciudad?, ¿sería esto un paso importante para la sustentabilidad y para entregar un mejor ambiente a las nuevas generaciones?
Es así cuando para mí cobran importancia las palabras de mi abuelo: Todos deberíamos sembrar y cuidar por lo menos un árbol en la vida.