Martha Irene Delgado Parra
@MarthaIreneDPDoctora en Comunicación Social por la UPF de Barcelona, maestra en Artes Visuales por UNAM y licenciada en diseño gráfico por la UVM. Asesora de proyectos de comunicación visual.
‘¿Por qué tenemos que creer algo
por el simple hecho de que lo veamos expuesto?’
J. Fontcuberta
Una particularidad de la fotografía es su dualidad latente y en Fontcuberta toma forma. Se describe a sí mismo como un ‘homo photographicus’: produce y consume imágenes a la vez. Nacido en Barcelona en 1955, es creador, docente, crítico, curador e historiador y, en sus orígenes, comunicador visual. Ganador del Premio Internacional Hasselblad, entre otras distinciones que lo sitúan como uno de los fotógrafos contemporáneos con más inventiva, originalidad y agudeza.
Su obra se caracteriza por poner en duda los atributos de veracidad y memoria de la fotografía. En la exhibición ‘Fauna’ –realizada con Pere Hormiguera–, mostraba animales fantásticos, minuciosamente catalogados dentro de museos de ciencia. El cuidado y coherencia de los argumentos hizo que sólo los especialistas descubrieran el engaño.
Luego realizó la exposición ‘Sputnik’, donde llevó la historia de Ivan Istochnikov, un astronauta soviético desaparecido en 1968, en plena misión espacial. Así, puso otra vez a prueba la capacidad crítica del espectador y de los propios medios de comunicación, quienes lo creyeron; incluso, hubo un programa televisivo que dedicó un capítulo a dicho ‘suceso’.
Y recientemente, volvió a hacerlo. Una exposición en el marco de PhotoEspaña y la publicación de un libro, sacaron a la luz el archivo de Ximo Berenguer, un fotógrafo desconocido que habría documentado la vida que ocurría en los interiores de un cabaret barcelonés, pero que también, mostraba los tiempos convulsos del franquismo y la Transición. El furor despertado por este archivo de 15,000 negativos, se esfumó cuando Fontcuberta anunció que Berenguer no era más que un personaje creado por él. No obstante, las imágenes son reales, tomadas por Fontcuberta en su juventud.
Pero más allá de poner en entredicho la verdad de este medio, una de sus aportaciones consiste en que logró asir la fotografía y evidenciar su naturaleza, en el momento en que la revolución digital perecía arrojarla a la incertidumbre.
Es un observador de mirada genuina, lúcida y con sentido del humor, lo que le permite inmiscuirse en puntos de vista recónditos. Un explorador que después de cada hallazgo, vuelve con entusiasmo a mostrar lo descubierto.
A mediados de septiembre, ofrecerá conferencias en el Museo Cuatro Caminos y en el Centro Cultural España.