Hasta hace muy poco tiempo la ciudad de San Juan del Río se regía por el sonido de las campanas de los diversos templos católicos de la ciudad, y así la vida transcurría de una o de otra forma con el bello sonido de las campanas que se escuchaban a diario. Yo todavía recuerdo como en las mañanas alrededor de las seis de la mañana, la campana mayor del Santuario de la Virgen de Guadalupe se hacía escuchar con su hermoso sonido grave que tiene y que con ese sonido era el inicio de la jornada del nuevo día, situación que inclusive todavía se escucha de lunes a sábado, pero que los domingos cambia a un horario más temprano para la primera misa dominical.
Toda la época virreinal y por muchos tiempos más las campanas rigieron las actividades del día. A las seis de la mañana el rezo de los laudes e inicio de la jornada laboral, al medio día se escuchaba el toque de ángelus y se suspendían actividades para el rezo de la oración mariana de todos los días; a las tres de la tardes el solemne toque de la hora de nona que recuerda la muerte de Nuestro Señor Jesucristo. En las tardes se escuchaba cerca de las seis de la tarde la llamada al rezo de vísperas y a las ocho de la noche la llamada por los difuntos o también conocido como “toque de ánimas”. En algunos días se daban otros toques como cuando se llamaba para recordar los días de ayuno, en los cuales en la noche anterior al día correspondiente se repicaba por un tiempo considerable una de las campanas menores para recordar el día de ayuno. O que decir de los llamados “toques de rogativas”, que se daban cuando existía una gran necesidad o cuando sucedía alguna situación inusual como alguna tormenta.
Hasta hace un poco más de un año muchos de estos toques se conservaron en la ciudad de San Juan del Río, gracias a la labor de Don Jesús Ruiz, quien como campanero sirvió por más de cincuenta años al servicio de la Parroquia de San Juan Bautista; él era el responsable de los toques de las campanas, de su conservación y de su cuidado, y porque no decirlo de quererlas. Sin embargo, por motivos de edad tuvo que dejar este oficio que es de los más desconocidos y que poco se valora. Ahora desafortunadamente las llamadas de las campanas del Santuario Diocesano de la Virgen de Guadalupe se dan sin sentido, a veces a deshoras y en la mayoría de las ocasiones pasan desapercibidos los toques, aunado de que se han quitado el toque de vísperas y el toque de ánimas. Yo espero que no se olviden y que ojalá pronto se puedan recuperar como parte de la tradición del pueblo sanjuanense.
Creo que vale la pena mencionar algunos datos importantes de las campanas de la Ciudad de San Juan del Río, la campana más antigua se encuentra en el Templo del Monasterio de Nuestra Señora de los Dolores (El Beaterio) y data del año de 1818, es una esquila y se denomina “María”. La campana mayor del Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe se llama: “Santa María de Guadalupe” y fue mandada hacer por el Padre Esteban García Rebollo, quien renovó en su momento todo el conjunto parroquial. Las campanas más recientes son las del Templo del Monasterio de Nuestra Señora de los Dolores (El Beaterio), que datan de 1910 y se denominan “San Francisco” y “María Virgen Dolorosísima”.
Ojalá recuperemos la tradición de escuchar los sonidos tradicionales de la ciudad y no solo los vehículos o la música que a veces sin sentido se escucha a todo volumen por nuestras calles y sobretodo ojalá se recupere una tradición que ha durado por siglos que son los toques de campanas.