El pasado 15 de marzo, el presidente Donald Trump envió el primer presupuesto “América Primero” el cual él mismo presume como “uno de los mayores aumentos en el gasto de defensa nacional en la historia de los EUA.”
El proyecto de presupuesto contempla 60 mil soldados adicionales al Ejército, 78 barcos y submarinos a la Armada, 12,000 marines, 1,200 aviones de combate activos de las Fuerza Aérea y una mejor defensa de antimisiles, capacidades cibernéticas, entre otras cosas. Lo que representa un incremento de 54 mil millones de dólares, un 10 por ciento adicional contra el año anterior.
Este incremento será compensado con recortes al Departamento de Estado, los programas de las Naciones Unidas, la ayuda externa y la Agencia de de Protección Ambiental. Y adicionalmente el reasignar recursos para construir el mentado muro con México.La promesa que ha hecho es que las FFAA de los EUA serían “tan grandes, tan poderosas, tan fuertes, que nadie, absolutamente nadie va a meterse con nosotros”. Así o más disuasivo.
Para tener una idea de lo que significa el incremento planteado, representa cuatro veces el gasto total de defensa de España y casi doce veces el de México. Complementando, EUA gasta el 40 por ciento del gasto total de defensa en el mundo y es superior a los doces mayores gastos militares combinados de otras naciones.
Keohane y Nye propusieron en 1977 el concepto de “Interdependencia Compleja” para explicar los fenómenos relacionados con los conflictos entre los Estados, en el contexto de la naciente globalización y de los aprendizajes de la guerra fría. Ese paraje de la historia que dio lugar a éste tipo de guerra en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, enseñó que la disuasión es una estrategia muy cara para cualquier economía, incluidas las dominantes de aquella época, involucradas en aquel conflicto, la desaparecida Unión Soviética y los EUA. Este concepto de complejidad supone la pertinencia de reconocer que los conflictos entre los Estados requieren para su solución, de una mayor diplomacia y de regímenes internacionales, que contengan reglas conjuntas que regulen la actuación de cada uno de los Estados en la denominada “aldea global”, de tal forma, que existan contrapesos, como ha sucedido desde la fundación de la ONU o la OTAN, entre otras instituciones.
Lo anterior, como lo plantean los autores, supone una disminución del papel de las FFAA como la fuente de poder predominante, sin que ello signifique que dejen de ser un factor fundamental, sino mas bien, en el contexto de la complejidad, aparece la necesidad de reconocerlas diferencias entre un conflicto y otro, entre una situación y otra para determinar su grado utilidad e intervención.
La queja de Trump son las guerras sin victoria para los EUA que se han sucedido justamente en los últimos treinta años. Sin embargo, son guerras que forman parte de surol de intervenir en conflictos regionales, para asegurar que no se desencadenen conflictos bélicos a una escala mundial. El presupuesto de Trump desestima la política que ha prevalecido en los EUA desde los tiempos en que el jefe de Estado era Henry Kissinger, en donde el mundo entraba a una nueva era de interdependencia en economía, en comunicaciones y en las aspiraciones humanas, como el mismo Kissinger alguna vez lo afirmó.
La problemática exterior e interior de cada Estado se ha acercado cada vez más y más, es decir, las decisiones que en cualquier aspecto de sobrevivencia nacional que se toman en cada nación, han evolucionado hacia este siglo XXI, teniendo que considerar los efectos que tiene una política interior en una exterior y viceversa. El concepto de Seguridad Nacional ha cambiado por el de la Seguridad Regional, en el reconocimiento de que lo que ocurra al Estado A afecta al B y al C y viceversa. Pero además, el entendimiento de la Seguridad se ha extendido a campos como la información, la energía, la tecnología y sobre todo, en el desarrollo del capital humano.
El desarrollo económico polarizado ha demostrado ser un auténtico fracaso. Se estima que de los poco más de siete mil millones de seres humanos que existen el la tierra, alrededor de cinco mil viven en condiciones indignas de marginación y pobreza. La apuesta de la política de los EUA había venido siendo buscar estrategias y proyectos que cambiaran éstas condiciones. De tal forma, que en el reconocimiento de la interdependencia ineludible y compleja que marcan los tiempos actuales entre las naciones, el propiciar el desarrollo y la estabilidad de las naciones, tendría como efecto, una aldea global con menores probabilidades de un conflicto nuclear.
El presupuesto de Trump es otra ‘Trumpada’. Su escepticismo sobre la evolución del régimen internacional, que ha expresado en reiteradas ocasiones, teniéndonos como su caso preferido con el asunto de la caza de migrantes, el muro y la desestimación del TLCAN, se está convirtiendo en un peligro, hasta para su propio proyecto de “América primero”.Esta vez no solo se trata de un asunto retórico y de números racionalizados, sino que en el fondo, es un golpe directo a la convivencia global y que amenaza con destruir lo que se ha venido construyendoa lo largo de las últimas cinco décadas: condiciones más justas y equitativas para todas las naciones.
Los programas de apoyo yel enfoque diplomático prevaleciente hasta 2016, están siendo cancelados, para dar paso una estrategia disuasiva y beligerante, que lo único que va a traer no serán soluciones, sino un retroceso en la política exterior mundial y eventualmente a reacciones que conduzcan a conflictos internacionales que podrían desembocar en una nueva guerra fría, pero esta vez con más países involucrados.
No son más submarinos, ni mas marines lo que se necesitan, se necesita continuar construyendo condiciones de desarrollo y de coexistencia que velen por la paz mundial.