El pasado miércoles 15 de marzo, el alcalde Marcos Aguilar Vega anunció la cancelación del contrato de concesión para la instalación y operación de parquímetros y bicis compartidas a la empresa Aquiles Park, por incumplimiento en los plazos de ejecución señalados en el mismo.
La iniciativa de instalar parquímetros y bicis compartidas obedece a la política de movilidad, que la actual administración ha impulsado, la cual nace en naciones que visualizaron la complejidad que entraña el desplazamiento de bienes y de personas ante la creciente concentración masiva en zonas urbanas. El objetivo es evitar que la movilidad se convierta en otra forma de marginación. Distintas ciudades como ejemplo Ámsterdam, se volvieron pioneras en el uso de las bicis como medio de transporte, facilitando para ello su uso, educando a su población para la coexistencia con otras modalidades de transporte y ordenando el uso del espacio público, inclusive con la instalación de parquímetros.
El proyecto conjunto de parquímetros-bicis compartidas fue planteado desde el inicio de la actual administración, ante la saturación que existe en el Centro Histórico de la disponibilidad de espacios para estacionamiento en la vía pública. Hoy en día, se estima que más de 80 por ciento de los espacios para estacionar automóviles son ocupados por personas que trabajan en el Centro, bloqueando con frecuencia las cocheras de los vecinos y ocupando durante todo el día espacios públicos a los que todas y todos los ciudadanos tenemos derecho. Lo anterior ha generado un fenómeno: cada vez menos personas van al Centro Histórico a pasear y a hacer compras. Estas, entre otras, fueron y son las razones de la iniciativa.
El proyecto se planteó y sigue así, con un modelo único en el mundo. Se trata de que un servicio subsidie a otro, de tal forma que los ingresos de los parquímetros permitirían contar con el servicio de bicis compartidas a un precio muy accesible -un peso diario- y destinar, tal como está definido, 15 por ciento de los ingresos brutos a obras para el Centro Histórico.El Municipio no tendría que poner ni un solo peso. Así fue como se aprobó en cabildo y bajo esa condición la empresa Aquiles Park concurso y ganó la licitación en 2016.
De acuerdo con el contrato, debería haber iniciado operaciones en septiembre de 2016, sin embargo, el INAH retrasó el proyecto, fue necesario involucrar a su director general a nivel federal y tener reuniones y revisiones y revisiones y más revisiones, el caso es que no dio su aprobación, sino hasta el 15 de diciembre. Por ello fue necesario dar dos prórrogas a la empresa Aquiles Park para que tuviera el tiempo necesario para la instalación y puesta en marcha de ambos servicios, mismas que se vencieron el pasado 15 de febrero.
La decisión se toma ante el incumplimiento de la segunda prórroga, pero además ante la evidencia de que no se tiene la solvencia económica y ejecutiva por parte de esta empresa para la adquisición, instalación y operación de ambos servicios. ¿Se podría haber negociado? ¿Se podría haber dado una nueva prórroga? Quizás. De acuerdo a la información y los hechos, la empresa no mostró ni siquiera el interés en rescatar de alguna forma el cumplimiento del contrato, pese a que ya se habían iniciado las obras para la instalación de parquímetros y de las cicloestaciones.
Una decisión difícil para nuestro alcalde, pero que demuestra el profesionalismo de su actuar. No fueron pocas las voces que levantaron falsos testimonios, que si era socio de la empresa, que si le habían pagado para dar la concesión y también, hay que subrayarlo, la decisión no obedece a las protestas y manifestaciones de personas que se empeñaron en rechazar el proyecto.Sería terrible que 10 o 15 personas fueran la causa de la cancelación. El proyecto de hecho sigue.
La decisión del alcalde nos recuerda la importancia de tomar de decisiones haciendo valer el Estado de Derecho y el institucionalismo como pilares de la sociedad civil que aspiramos a ser. Si bien se retrasa un proyecto estratégico y necesario para insertar a nuestra ciudad en la modernidad, que implica visualizarle con múltiples medios de desplazamiento para sus habitantes, también pone de manifiesto que hay que hacer las cosas como debe de ser y aplicar la ley con los costos que ello tenga. En este caso, tanto para el proyecto de la actual administración municipal como para Aquiles Park y también para nosotros como ciudadanos, ya que las bicis compartidas son una opción para 70 por ciento de la población que no tiene automóvil.
La movilidad de ninguna manera queda cancelada con esta decisión. De acuerdo con lo que se ha anunciado, hay proyectos y acciones que están en proceso de ejecución como lo son: la primer ciclovía Este-Oeste, que irá de Santa María Magdalena a Hércules con más de 78 kilómetros; el proyecto de transformación a calle completa de Ezequiel Montes; convertir el Centro Histórico en zona 30, y el Transporte Escolar Gratuito, entre otros, que se habrán de complementar con el ordenamiento y modernización del Transporte Público, en manos del Gobierno del estado.
Los desafíos de la movilidad ahí siguen. Nuestra ciudad necesita de esta política para aspirar a seguir siendo la ciudad que ha atraído a cientos de familias, empresas, inversionistas, instituciones y universidades de México y de distintas partes del mundo. Por lo mismo, ha experimentado un crecimiento exponencial y una creciente complejidad para contar con la infraestructura y la convivencia que nos mantenga en ese nivel, que no solo demanda, exige la participación civilizada y ordenada de todas y de todos quienes la habitamos.
