Fue Mauro Gerk quien por abril de este año dijo que era buen síntoma que Gallos Blancos estuviera compitiendo ya no por descender, sino por títulos. Esa voz de profeta vino acompañada los meses posteriores con tres campeonatos que se sumaron a las vitrinas del club en diferentes categorías. Es por eso que en ‘Los escritos del tablón’ quiero recordar una entrevista que le hice a Mauro en Buenos Aires y que originalmente se publicó en el semanario ‘Tribuna de Querétaro’. Asuntos de futbol: conversación con Mauro Gerk se publicará en tres partes en esta columna como un homenaje a un aficionado ilustre de Gallos Blancos y que festejó los campeonatos obtenidos por el club con gran fervor: el eterno capitán, Mauro Néstor Gerk.
Primera parte: el Ídolo
Cuando Mauro Gerk entró en la zona urbana de Querétaro, en un tramo de la carretera 57, de lado izquierdo miró el pletórico Estadio Corregidora, al regresar la mirada hacia la ventanilla encontró un mural en un edificio de la colonia Palmas con la leyenda ‘Eterno Capitán’. Un mural tan visible que cualquier despistado que transitara esa carretera sin duda lo podría mirar. Su palabra entrecortada fue: “impresionante”.
La fecha es inoxidable, Eduardo Galeano dejó de respirar un 13 de abril, como testimonio quedaron sus últimas notas del mundial de Brasil y sus recuerdos se vaciaron en las librerías bonaerenses. Serpentina de un preludio, el sur del continente se mantuvo frío y nuboso, las calles recuerdan a uno de los más queridos escritores rioplatenses de la historia. “Hay jugadores casados con la luna” escribió Galeano en relación a los futbolistas que nacieron para estar ligados a un club toda la vida. En Buenos Aires, Mauro Gerk podría caminar con disimulo, sobretodo antes del campeonato con Racing, pero en Querétaro es el rockstar que la ciudad tanto había aclamado. “Somos él” dice el escritor argentino, Martín Caparrós, sobre Diego Armando Maradona y su identidad con la población argentina. En cierta medida, esta afirmación es aplicable a Mauro y a los aficionados de Gallos.
Desde el sofá de su casa ‘el Tanque Gerk’ bebé un poco de café, mientras en la televisión TyCSports anuncia la previa del Racing contra Boca Juniors que está por jugarse en Avellaneda. “Voy Racing, pero Boca viene bien” dice; entonces aprovecho su intervención pambolera para preguntarle sobre el gol más importante en su carrera…
“Hay varios”, responde mientras se inclina sobre sus rodillas, como haciendo memoria, como debatiendo internamente, -Siempre me quedo con los de las finales de ascenso porque son el trabajo de todo un año, pero el que me emocionó mucho más fue el primero que convertí en primera división con Querétaro, fue al Santos. La verdad es uno de los goles más lindos que marqué y coincidió que fue el primero del Querétaro en primera división-.
El escritor mexicano, Juan Villoro, solía decir que los futbolistas representan lo que delegamos en ellos: un sindicato, una universidad, una ciudad o un país entero. Por esas fechas, la afición pedía una estatua de Mauro Gerk en la explanada del estadio. El histórico ‘9’ de Gallos entendió esto como una representación simbólica: “Lo que la gente ve hoy de ti fuera de las canchas es por lo que uno dejó dentro del campo”. Afirma con su tono tímido y la seriedad que lo caracteriza.
-La gente se identifica con los jugadores por lo que dejan, por lo que entregan, en lo futbolístico y en lo humano, entonces eso a mí me llena de orgullo. Voy varias veces a Querétaro, ya como jugador retirado, y ver el mural, ver cómo te quiere la gente es algo muy emocionante. Al retirarte es lo único que queda, los recuerdos y que te vean como buena persona más allá de un simple futbolista. Cada vez que voy a Querétaro me emociono y me siento muy representado con el club, con la ciudad, con todo; y sigo informado de lo que pasa con el club, sé cómo van, el progreso que ha tenido y es un amor mutuo que a la fecha sigue creciendo.
Continuará…
Por Juan José Rojas
Twitter: @_jjrojass