Estamos en pleno ciclo vacacional, donde miles de familias disfrutan de unos días de asueto, sobre todo después de días intensos de trabajo. En nuestras calles se nota cómo ha bajado la cantidad de personas que circulan. A diario, al trasladarme a mi oficina, veo cómo la ciudad permanece tranquila, casi sin movimiento, inclusive se puede circular tranquilamente en vehículo sin que tengamos que soportar las largas filas que se forman por los embotellamientos vehiculares que padecemos en los días normales.
Pero, ¿qué se puede hacer en vacaciones? Hace unos días comentaba con un taxista, quien me hizo favor de llevarme al trabajo, que hace algunos años, cuando todavía estudiábamos, nuestras vacaciones eran ayudar en la casa; ciertamente uno se levantaba más tarde, pero iniciabas tu día limpiando tu recámara, barriendo o sacudiendo, y posteriormente ayudábamos a nuestra mamá en las labores de la casa, y así se te pasaba el día, y en la tarde a salíamos con los amigos.
Había ocasiones en las que la rutina cambiaba porque te ponían a hacer cosas diferentes, como pintar o lavar las ventanas, pero eso era algo normal. Y claro, no todo era trabajo domestico, también había ocasiones que se iba de visita con un familiar en otra ciudad o a la playa. Cabe recordar que antes las vacaciones escolares duraban más que ahora; yo recuerdo que en las épocas de la feria de San Juan del Río ya estábamos en exámenes finales, o incluso ya habíamos salido y regresábamos a clases hasta el mes de septiembre. Eran períodos largos de vacaciones y creo que aprendíamos más que ahora que se tienen más días de clases. Eran otros tiempos.
Cabe mencionar que en mi caso, o en el caso de la mayoría de mis amigos, ni pensar en cursos de verano; creo que esa moda se fue extendiendo más y más, sobre todo por la necesidad de que los hijos se quedaran en un lugar mientras los papás trabajaban. Ahora, salen de vacaciones los chicos e inmediatamente entran a cursos de verano. Ni modo, la vida ahora es así.
Considero que las vacaciones deben ser tiempo de un verdadero descanso, el cuerpo lo necesita; pero, claro, sin descuidar lo indispensable. Es necesario también, y sobre todo en estos tiempos, salir de la rutina cotidiana, es un buen tiempo para apreciar lo que nos rodea, es un tiempo favorable para la comunicación con los hijos, con la familia, con los amigos, situación que con el trabajo o las presiones cotidianas no se realiza de manera correcta.
Las vacaciones son un tiempo perfecto para leer un buen libro, para escuchar música de manera tranquila, no como ahora algunas personas lo hacen a todo volumen con su celular o su vehículo, en la calle; es tiempo propicio también para caminar por las calles de nuestras ciudades. Yo, cada vez que camino por las calles de mi San Juan del Río, descubro algo diferente y puedo saludar más directamente a las personas que me encuentro.
Creo que las vacaciones también nos deben dar oportunidad de ir a otros lugares, aunque sean cercanos; creo que estamos obligados a conocer lo que nos rodea y lo que es parte de la belleza del estado o de la ciudad donde vivimos.
Disfrutemos de este período de vacaciones y demos el valor que merece este tiempo que necesitamos para descansar de nuestras actividades cotidianas, y aprovechémoslo de manera adecuada. Felices vacaciones.
Comentario al margen: Mi felicitación al señor Gobernador del Estado, M.V.Z. Francisco Domínguez Servién, por la presentación de su primer Informe de Gobierno, donde se hace hincapié del esfuerzo que hace el Gobierno del Estado y los queretanos por tener una mejor entidad federativa.