Estamos a unos días de concluir un año más, un año que pasa al libro de la historia, un año que deja muchas experiencias, pero que también deja muchos pendientes, un año de recuerdos y de situaciones difíciles para la humanidad, un año de cambios y un año que conservo lo pasado, fue un año de clima diferente y un año que trajo esperanza, fue un año de democracia, pero también un año sin opiniones, este 2015 deja mucha enseñanza, ahora hay que valorar lo que paso y lo que aprendimos de este año que agoniza y que marca la pauta para el naciente 2016. La historia vuelve a tener prisa.
Como no recordar este año 2015 cuando muchas ilusiones se hicieron presentes al inicio del año, como al inicio de cada año, sin embargo este año no fue de ilusiones cumplidas, más bien fue de ilusiones sin cumplir. Los mexicanos seguimos esperando que las reformas realizadas al marco legal den los resultados esperados, faltan respuestas a la desaparición de jóvenes en el Estado de Guerrero y falta una mayor estabilidad económica.
Este año, los queretanos volvimos a jugar a la democracia, una democracia que en nuestro estado se rige por la alternancia en el poder, el cambio de Gobernador, de integrantes de la Legislatura del estado y de los miembros de los ayuntamientos, marco la vida política de nuestra Entidad Federativa, aunado a instituciones “nuevas” que estuvieron ahora presentes como lo es el caso del Tribunal Electoral del Estado de Querétaro; aunque siguen existiendo instituciones que los ciudadanos no vemos claramente su trabajo, pero que sin embargo nosotros seguimos pagando.
Fue un año de aprendizaje, de cómo cuidar nuestro medio ambiente, y claramente lo notamos en los cambios radicales de temperatura, o de situaciones poco vistas, como lluvias torrenciales, calor y frio en épocas que no lo había, o algunas otras situaciones fuera de lo común. Nuestra casa común, como la llama el Papa Francisco en su Encíclica ‘Laudato Sí’, un excelente documento que vio la luz en este año.
Creo que tenemos mucho que hacer cada uno de nosotros para conservar nuestra casa común, nuestro planeta, el lugar donde vivimos. Es uno de los compromisos que nos quedan para el próximo año 2016.
Tenemos mucho que realizar, esta frase parece ser que mencionamos cada año, sin embargo, es necesario que la tengamos presente para primeramente ver que lo hemos hecho como sociedad y como personas, y en segundo lugar realizar las actividades que son necesarias para continuar de manera correcta nuestra vida.
El año 2016 se enmarca en lo que la Iglesia Católica ha llamado El Año de la Misericordia’, es un momento para la reflexión y para recordar los valores que los seres humanos a veces hemos perdido.
2016, tiene que ser un año mejor para todos, un año para que progrese nuestro País y nuestro Estado, un año que cada uno de nosotros tiene que poner su esfuerzo para hacer creer a nuestra sociedad.
Antes de concluir, es necesario hacer un recuerdo de todos aquellos que han partido a un lugar diferente y que estuvieron con nosotros acompañándonos en nuestra vida; sabemos que se encuentran en un lugar mejor y que en algún momento nos volveremos a encontrar.
A todos los lectores del AM les deseo que el año 2016 con nuestro esfuerzo, sea un mejor año para todos. ¡Felicidades!
