“Existe consenso acerca de la necesidad de cambiar a la escuela, pero sobre todo de la necesidad de profesionalizar al docente como el gran protagonista del cambio que las instituciones educativas requieren. El trabajo de un maestro es más profesional en la medida en que se apoya en la ciencia y aplica cuando actúa estrategias de enseñanza, en los momentos de una clase o práctica educativa” (Ramón Ferreiro Gravié. “Estrategias didácticas del aprendizaje cooperativo”. “2007)
En México, la calidad educativa es una realidad desde hace tiempo, en la norma, pero no en la práctica. El Artículo 3° de la Constitución Política, establece que el Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria. Además, El Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 tiene como una de sus cinco metas a la Educación con Calidad. En el análisis de ese propósito se dice que para mejorar la calidad de la educación se requiere transitar hacia un sistema de profesionalización de la carrera docente.
Durante casi 100 años, la sociedad mexicana le dio un enorme impulso al Sistema Educativo. La consecuente masificación de la educación ha sido acompañada de una significativa perdida de su calidad. Los esfuerzos expansivos de las décadas anteriores lograron asegurar a la mayoría de los niños en edad escolar el acceso a la escuela pero no a la educación. Prueba de esto son las evaluaciones internacionales que se han aplicado a la educación.
Hay estímulos externos e internos para intensificar la calidad en la educación básica. En el contexto global, la calidad educativa es un imperativo internacional. Tan es así, que se ha formado un movimiento mundial para fomentarla. El 5 de septiembre de 2015, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas(ONU), integrada por los 193 Estados Miembros, adoptó la ‘Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible’, este acuerdo multinacional a favor de las personas, el planeta y la prosperidad establece, entre otras cosas, que una educación de calidad es la base para mejorar la vida de las personas y el desarrollo sostenible .Días después, el 26 de Septiembre de 2015,en Nueva York, en el marco de la 70 Asamblea General de la ONU, el Ejecutivo Federal de México asumió la Agenda 2030 como un compromiso de Estado y convino en su inmediata aplicación. De los 17 objetivos que propone la Agenda 2030, el cuarto corresponde a la calidad educativa. Dicho objetivo establece que se debe garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad. Una de las metas de este objetivo, consiste en aumentar sustancialmente la oferta de maestros calificados.
Por otra parte, el empuje interno por la calidad educativa viene de la promulgación y aplicación de la Ley General del Servicio Profesional Docente, la ley se sustenta en postulados tales como la calidad en la educación obligatoria. Tiene como objetivo consolidar la educación y los espacios de desarrollo y crecimiento del profesorado, así como mejorar la práctica profesional de los maestros, mediante los conocimientos y capacidades del personal docente. La ley general del servicio profesional docente, menciona que las funciones docentes, de dirección de una escuela o de supervisión de la Educación Básica impartida por el estado y sus organismos descentralizados (USEBEQ en el caso de Querétaro), deberán orientarse a brindar educación de calidad y al cumplimiento de sus fines. Quienes desempeñen dichas tareas deben tener las cualidades personales y competencias profesionales para que dentro de los distintos contextos sociales y culturales promuevan el máximo logro de aprendizaje de los educandos, conforme a los perfiles, parámetros e indicadores que garanticen la idoneidad de los conocimientos, aptitudes y capacidades que correspondan.
Por lo anterior, todo las instituciones que tenga la responsabilidad de formar seres humanos, tiene como misión, estrategia y programa central, el construir calidad educativa. Es decir, profesionalizar a sus maestros para que promuevan en sus alumnos los mejores aprendizajes.
Por: Amado López Guerra
