Natalia Carrillo García ha sido, desde siempre, una luchadora; lo mismo en el campo de la iniciativa privada, donde trabajó incansablemente en varios negocios queretanos, que en el mundo de la política, en tiempos en que formar parte de la oposición era casi un delito y se requería de agallas y convicciones indeclinables para mantener la postura.
Por su trabajo partidista, es que se volvió, con el paso del tiempo y de la firmeza de su militancia, en un referente panista y en la mujer que guió los primeros pasos de personalidades que alcanzaron después la posibilidad de ejercer el poder. También, Natalia fraguó desde su trinchera sólidas amistades con priistas connotados, quienes le han dado reiteradas muestras de respeto.
Por eso, en la pasada tarde del miércoles, tantos de ambos bandos políticos la arroparon en la presentación de su más reciente libro: ‘Los presidentes del municipio de Querétaro, 1916-2015’, editado por el gobierno municipal, que relata los nombres, vida y obra de quienes al frente del Ayuntamiento queretano escribieron las páginas de la historia local en el último siglo.
Ahí estaban panistas como Armando Rivera, Rolando García, Manuel González Valle, Carmen Zúñiga; pero también priistas, como Alejandro Esquivel, Jesús Rodríguez, Alfonso Ballesteros, Jorge Torres Vázquez o Andrés Garrido del Toral. Ahí estuvieron igualmente familiares de Mariano Palacios, Braulio Guerra, Álvaro Larrondo, y hasta las tres bisnietas de don Alfonso Camacho, el primer presidente consignado en el libro, quien vivió la promulgación de la Constitución de 1917, y que, gracias a ella, aminoró severamente su vista cuando tuvo que leerla a los queretanos a pleno rayo de sol.
En el libro, Natalia Carrillo refiere historias como la de Arturo Domínguez, quien se enfrentara al gobernador Agapito Pozo; personajes entrañables, como don Ricardo Rangel; y la mano del destino que hizo que hijos, y hasta nietos, ocuparan el cargo de sus ancestros: José Calzada Arvizu y Antonio Calzada, Samuel Palacios Borja y Mariano Palacios, Braulio M. Guerra y Braulio Guerra Malo, o Álvaro Larrondo Michaus y Álvaro Larrondo Ojeda.
Algunos de quienes fueron presidentes municipales se convirtieron, alineados a las vicisitudes políticas de su tiempo, en gobernadores: Juventino Castro, Antonio Calzada, Mariano Palacios, y más recientemente, Francisco Domínguez.
‘Los presidentes del municipio de Querétaro, 1916-2015’, es una obra indispensable para la consulta de quienes se interesan por la historia de nuestra ciudad, pues en sus páginas, al tiempo que se relata la vida de quienes encabezaron el Ayuntamiento capitalino, se establecen hechos que marcaron el andar de la capital queretana, desde la apertura de la calle 16 de Septiembre a la construcción de lo que fue, por muchos años, el único cementerio citadino; del ensanchamiento de Corregidora y Ezequiel Montes, a la introducción del agua potable; del Zenea al Obregón y de regreso.
Pero el libro, sobre todo, representa un logro más en la vida de Natalia Carrillo, una mujer entregada a sus convicciones políticas y fiel practicante de sus creencias religiosas; un personaje capaz de levantar polémicas con una sola frase y conciliar posturas con la sola presentación de un libro.
Por: Manuel Naredo Naredo
