Según estudio elaborado por la Universidad de las Américas Puebla y el Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia de Puebla, nuestro país se encuentra en segundo lugar con mayor índice de impunidad.
Datos interesantes de este estudio destacan que el Sistema de Justicia Mexicano, enfrenta grandes deficiencias: 46% de la población detenida carece de una sentencia condenatoria y que el índice estimó una proporción promedio internacional de 17 jueces por cada 100,000 habitantes; México sólo cuenta con 4 por cada 100 mil.
Señala también que la corrupción, la inseguridad y violencia al interior de los países son los efectos de la impunidad, no sus causas. La corrupción es el resultado de la impunidad, según el destacado académico Ernesto Derbez, Rector de la Universidad de las Américas de Puebla.
Se destacaron 59 países de 193 de Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que contaron con información estadística suficiente en materia de seguridad, justicia y derechos humanos. Estados Unidos ocupa el lugar 15 en materia de impunidad, España, el 17.
Alemania se ubicó en el puesto 42. En contraste, los países con menores niveles de impunidad fueron de Europa del este, como Croacia, Eslovenia y República Checa, quienes ocuparon los últimos tres lugares del conteo. Estas naciones ocuparon los últimos tres lugares debido a que la Unión Europea les exige reducir este tipo de fenómenos para su ingreso al bloque económico.
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El estudio se hizo con base en estadísticas del Banco Mundial, Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, y Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los informes gubernamentales y no en percepción de la población u opinión de especialistas. La pregunta obligada es ¿qué se está haciendo al respecto?
Como académico y sin ninguna tendencia partidista, es triste ver las constantes vergüenzas de nuestro estado de derecho e impunidad que trascienden ya a niveles internacionales: No de audita al Presidente de la República, siguen existiendo los llamados delitos de cuello blanco, sigue existiendo tráfico de influencias, no existe un programa serio de ejecución y cumplimiento propuesto por instituciones de enorme prestigio y solvencia moral como la Universidad de las Américas o el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) y sigue estando pendiente que en nuestro Estado, el nuevo gobierno atienda al acercamiento que hemos solicitado académicos a través de la Universidad de la Mancha (Centro de Docencia e Investigación Jurídica) para presentar un proyecto de acabe con la impunidad y avale de facto y no solo de iure los derechos humanos de todos los ciudadanos.
¿Tienen que venir expertos internacionales de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a señalarnos que estamos haciendo las cosas mal, como el más reciente Caso Ayotzinapa?.
En nuestro país existe gente con talento y pasión, que da su vida por cambiar al país y no como petición sino como exigencia social se deben de tomar en cuenta y llevar a cabo todas las acciones propuestas en aras de acabar con este vergonzoso tema.
“Desde que era joven se me metió México en la carne, en la sangre y en los huesos; una gotita de luz insignificante, me metí dentro de la patria. Por ella, quiero seguir viviendo, para servirla con amor, con un amor inmenso, para contribuir a hacerla cada vez más justa, más libre y respetada, Jesús Silva Herzog”.