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Producción petrolera en Libia a la baja; el mercado ni se inmuta

El fin de las exportaciones de oro negro, que representa prácticamente la única fuente de ingresos de la nación, es una manera de protestar contra la intervención turca en apoyo del GNA El derrumbe de la producción de petróleo en Libia, que sufre el bloqueo de sus principales terminales petroleras, apenas impacta en los precios … Leer más

El fin de las exportaciones de oro negro, que representa prácticamente la única fuente de ingresos de la nación, es una manera de protestar contra la intervención turca en apoyo del GNA

El derrumbe de la producción de petróleo en Libia, que sufre el bloqueo de sus principales terminales petroleras, apenas impacta en los precios del crudo en el mercado, aunque beneficia a la OPEP.

La caída se inició el 18 de enero, cuando las fuerzas leales al mariscal Jalifa Haftar, principal opositor del Gobierno de Unión Nacional (GNA), bloquearon varias infraestructuras petroleras en vísperas de una cumbre internacional cuyo objetivo era reabrir el proceso de paz en ese país desgarrado por la guerra civil.

El fin de las exportaciones de oro negro, que representa prácticamente la única fuente de ingresos de Libia, es una manera de protestar contra la intervención turca en apoyo del GNA, reconocido por Naciones Unidas.

Libia produce actualmente unos 120 mil barriles por día, según las últimas cifras de la Compañía Nacional de Petróleo.

Un mes antes, la producción era del orden de 1.2 millones de barriles por día (mbd), que exportaba “principalmente a España, Italia, Francia y Alemania”, según el analista de PVM, Tamas Varga.

El último informe mensual de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de la cual Libia forma parte, indicaba una media anual de mil 97 mbd en 2019, y de mil 140 mbd para el mes de diciembre.

Ese volumen situaba a Libia justo antes de Argelia, pero detrás de la mayoría de miembros del cartel (Arabia Saudita, Irak, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Irán, Nigeria, Angola).

El petróleo libio, considerado de buena calidad, representaba el 4 por ciento del total de la organización y apenas más de 1 por ciento del total mundial, según la misma fuente. Esas cifras hay que dividirlas por diez para obtener su peso actual en el mercado. El impacto es considerable para Trípoli, que cifró el jueves las pérdidas en más de mil 800 millones de dólares en un mes, pero para el mercado mundial parece marginal.

La retirada de tal cantidad de crudo hubiera podido hacer subir los precios. Pero este lunes 20 de enero, primer día de cotizaciones tras los bloqueos del pasado sábado, esos precios solo aumentaron moderadamente.

Los dos índices de referencia encadenaron incluso cuatro sesiones consecutivas de pérdida. El petróleo Brent, referencia europea, sufrió su peor caída semanal desde finales de 2018 (-6.4 por ciento) y el WTI estadounidense desde mediados de 2019 (-7.4 por ciento).

La crisis libia no ha conseguido perturbar un mercado sobresaturado, que, a excepción de Estados Unidos, sufre el impacto de la epidemia del coronavirus.

La situación “no provoca mayores dolores de cabeza porque el mercado ya está preocupado por la propagación de la epidemia que arrastra a la baja las cotizaciones”, confirmó Varga.

La retirada del mercado de un volumen de un millón de barriles por día, incluso siendo temporal, beneficia a corto plazo a la OPEP, pero a medio plazo puede perjudicarla.

El objetivo actual del cartel, así como de Rusia, es luchar al máximo contra la caída de los precios, aunque Libia, Venezuela e Irán están exentos de contribuir a causa de sus propias crisis internas.

“La crisis actual facilita la tarea del grupo”, asegura Jasper Lawler, analista de JBC,

pero “si las partes beligerantes llegan a un acuerdo y se reanuda la producción”, sin concertación con el cartel, “los precios del petróleo podrían caer fuertemente”, advierte Varga.

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