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Así trabaja el Banco de Alimentos en Querétaro para combatir la pobreza

Así trabaja el Banco de Alimentos en Querétaro para combatir la pobreza/Selene Ugalde
Así trabaja el Banco de Alimentos en Querétaro para combatir la pobreza/Selene Ugalde

Para combatir la pobreza alimentaria el Banco de Alimentos de Querétaro trabaja como una familia solidaria a favor de los necesitados Carlos Uriegas Rescate, acopio, armado y repartición de alimentos. Cuatro verbos que implican horas de trabajo. Semanas de esfuerzo. Años de experiencia acumulada luego de convivir de cerca con el hambre. En 630 metros … Leer más

Para combatir la pobreza alimentaria el Banco de Alimentos de Querétaro trabaja como una familia solidaria a favor de los necesitados

Carlos Uriegas

Rescate, acopio, armado y repartición de alimentos. Cuatro verbos que implican horas de trabajo. Semanas de esfuerzo. Años de experiencia acumulada luego de convivir de cerca con el hambre.

En 630 metros cuadrados se gesta un proceso de vida. En dos bodegas se almacenan toneladas de alimentos que gracias a donaciones, voluntades y capacidades se recogen diariamente en seis rutas. Cuatro que vistan grandes tiendas de autoservicio y dos rutas que van a ranchos e invernaderos en distintas zonas del estado.

Durante un recorrido en ALVIDA, el Banco de Alimentos de Querétaro, Angela Quintana Ahedo nos explicó los cuatro esquemas de trabajo que tienen para poder repartir las despensas. Estas, diariamente se conforman por empleados y colaboradores voluntarios.

“Tenemos cuatro maneras de repartir el alimento. Con comunidades urbanas y rurales, que mandan a sus representantes. Se le asigna un día de trabajo para que acudan a las bodegas de Privada Pasteur 4. Ahí colaboran en la integración de las despensas y luego se las llevan a sus comunidades”, explica la directora, Quintana Ahedo.

El día de la visita acudieron representantes de Llanitos, Portezuelos y La Laja de Cadereyta. La Negreta de Corregidora, Tolimán, Loma Bonita de Querétaro, Barrio de la Cruz de Amealco, El Blanco de Colón, Santa Cruz de San Juan del Río. Las comunidades varían día con día, pero todas comparten la necesidad de alimento.

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“Normalmente acuden un persona de cada comunidad por cada 10 despensas. Pero por la contingencia ahora vienen dos por comunidad”. El pasado jueves 30 de junio se armaron un total de 562 despensas para comunidades. Se esperaban armar otras 240 más, pero los representantes de la comunidad de Landa no pudieron llegar ya que se descompuso su trasporte de camino a Querétaro.

TRABAJA TAMBIÉN PARA INSTITUCIONES

Además de las comunidades, el Banco de Alimentos apoya a instituciones infantiles. También de apoyo a la tercera edad, comedores, centros de rehabilitación. El tercer grupo son personas con discapacidad o personas mayores con necesidad. El cuarto grupo lo conforman colaboradores que aportan un día a la semana su trabajo, el cual es es recompensado con una despensa.

Tal es el caso de la señora Etelvina, voluntaria que acude una vez a la semana desde San José el Alto.

“Yo vengo desde hace siete meses por mi despensa una vez a la semana. Ingresé como voluntaria. Mi labor es seleccionar los productos, pesarlos de acuerdo a la tabla de gramaje y acomodarlo en la jaula o donde vaya el producto”, narra Etelvina quien trabaja de 9 a 16 horas.

Alimento, tiempo, dinero y capacidad, es lo que se puede donar y aportar para que funcione el mecanismo. Este trabajo permitió alimentar en mayo a 5 mil 688 familias en el estado de Querétaro.

“Desde las 7.30 de la mañana los encargados del acopio vienen por las camionetas. Vuelven a las 2 de la tarde con el alimento. Luego de recorrer sus rutas y visitar a las grandes tiendas de autoservicio”, comenta Angela Quintana, una apasionada de la labor social desde hace más de dos décadas.

Antes de la pandemia, el Banco de Alimentos elaboraba en promedio 490 despensas diariamente, cifra que aumentó para junio, en 806 despensas.

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En la parte frontal de las bodegas un grupo de voluntarios de diversas comunidades palean las verduras congeladas. “Esta vez son calabazas verdes y amarillas”. Se guardan en bolsas de plástico para repartirse horas más tarde.

“Venimos de Tolimán. Ahora cada 15 días. Con lo que armamos llevamos despensas para 80 personas, pero hay más personas que necesitan apoyos, antes las repartíamos en el jardín, ahora por la pandemia, en casa de la encargada,” explica Juana Cruz.

De la Negreta también acuden para armar despensas que servirán para ayudar a personas de la tercera edad.

“La gente ya sabe que vamos. Los formamos de 10 en 10 para la entrega. Casi llevamos tres meses que las despensas son donadas, es algo que necesitamos y aprovechamos mucho y solo se paga lo del flete, que son como 20 pesos”, comentan las voluntarias de La Negreta.

No sólo se necesita dinero, pueden donar tiempo, y capacidad. Se puede hacer servicio social de universidades o visitas de planteles escolares, ya que pase la pandemia.

“Lo que siempre faltan son manos. Pero además necesitamos llantas para las camionetas, una impresora, dinero en efectivo para tanques de gasolina, todo apoyo es bien recibido”, comenta la directora de ALVIDA, Angela Quintana.

Cuando uno escucha la palabra Banco, en muchas ocasiones, vienen a la mente instituciones financieras que prestan o financian, siempre buscando un interés, pero también hay bancos que cubren la más elemental de las necesidades, una despensa que alimente y brinde esperanza a quienes más lo necesitan.

MT

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