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Rusia intensifica ataques contra civiles en Ucrania

Rusia ha atacado en varias ocasiones refugios de civiles en Ucrania. / Foto: Laetitia Vancon/The New York Times
Rusia ha atacado en varias ocasiones refugios de civiles en Ucrania. / Foto: Laetitia Vancon/The New York Times

El gobierno de Rusia negó tener como objetivos a instalaciones civiles en Járkov o en cualquier otro lugar de Ucrania

Daniel Victor and Ivan Nechepurenko

Desde finales de febrero, cuando Rusia comenzó a azotar a Ucrania con misiles y artillería a una escala que no se había visto en Europa desde hacía décadas, la muerte de civiles ha sido tan inevitable como los pretextos rusos que llegan después.

Los ataques han sorprendido a la gente en las filas para comprar el pan y en áreas de juegos infantiles, así como en edificios de apartamentos, teatros y hospitales. Después de cada uno, Rusia ha negado su responsabilidad o se la ha adjudicado a otros, pues a menudo acusa a Ucrania de atacar a su propio pueblo para poner en contra de Moscú a la opinión nacional y mundial.

Rusia ha afirmado que solo apunta a objetivos de valor militar (aunque algunos estaban a cientos de kilómetros del frente de guerra) y que, cuando han impactado a alguna instalación civil, se ha tratado de algún sitio del que el ejército ucraniano se había apropiado para usar como puesto de mando, refugio para combatientes extranjeros o almacén de armas.

Los mantras del Kremlin han resonado entre el pueblo ruso; muchas personas reciben la influencia de las cadenas de televisión del Estado y de comentaristas en línea conservadores que están a favor de la guerra y refuerzan las líneas del partido.

Aun así, periodistas, organizaciones independientes y funcionarios ucranianos han documentado ataques rusos a miles de edificios, estructuras y vehículos civiles. En algunos casos, Rusia empleó armas obsoletas que tal vez fueron apuntadas a una instalación industrial, pero fallaron, lo que puso en riesgo a civiles. Sin embargo, en muchos otros casos, las explicaciones de los rusos no se sostienen ante el escrutinio.

A continuación, algunos de los ataques más grandes y la manera en que Rusia se ha deslindado de su responsabilidad.

1.° DE JULIO: Hotel y torre residencial cerca de Odesa

Misiles lanzados a lo largo de la noche impactaron un hotel; una sección completa de una torre residencial de nueve pisos, donde habitaban más de cien personas y un centro recreativo, lo que causó la muerte de veintiún individuos y dejó decenas de heridos unos 80 kilómetros al suroeste de Odesa, según el servicio de emergencias estatal de Ucrania.

La respuesta rusa: Dmitri S. Peskov, el portavoz del Kremlin, declaró que Rusia tenía como objetivo depósitos de municiones y armas, plantas que fabrican y reparan equipo militar y lugares donde “mercenarios extranjeros” y “elementos nacionalistas” tienen su base y reciben entrenamiento. Agregó en referencia al presidente Vladimir Putin: “Me gustaría reiterarles las palabras del presidente de la Federación Rusa y comandante en jefe de que las fuerzas armadas de la Federación Rusa no están trabajando contra objetivos civiles en el curso de la operación militar especial”.

27 DE JUNIO: El centro comercial Kremenchuk

Un ataque durante el día a un centro comercial con mucha gente cobró la vida de más de veinte personas y dejó decenas de heridos en Kremenchuk, en el centro de Ucrania. Funcionarios ucranianos estimaron que es posible que hayan estado dentro del centro comercial cientos de personas.

La respuesta rusa: El Ministerio de Defensa de Rusia mencionó que había impactado Kremenchuk con lo que describió como “misiles de alta precisión”. El ministerio aclaró que su blanco había sido una instalación industrial junto al centro comercial que fungía como depósito de armas y que contenía municiones para sistemas suministrados por Estados Unidos y países europeos. El ministerio señaló que el ataque había provocado que las municiones almacenadas explotaran posteriormente y que eso había iniciado un incendio en el centro comercial.

Por separado, Dmitry Polyanskiy, el embajador adjunto de Rusia ante las Naciones Unidas, escribió en Twitter que la explosión había sido causada de manera intencional por Ucrania como una “provocación”.

8 DE ABRIL: La estación de trenes Kramatorsk

El ataque con un misil a una estación de trenes llena de civiles que intentaban escapar a zonas más seguras acabó con la vida de al menos cincuenta personas y dejó a muchas más lesionadas. En los restos del misil, que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, identificó como un misil balístico de corto alcance OTR-21 Tochka, estaba escrita en ruso la frase “por nuestros hijos”. No queda claro quién escribió el mensaje.

La respuesta rusa: Rusia negó cualquier responsabilidad y aseguró que no tenía misiles Tochka en su arsenal, pero que las fuerzas ucranianas habían usado esos misiles. Después acusó a Ucrania de efectuar el ataque.

16 DE MARZO: Teatro de Mariúpol

Funcionarios locales manifestaron que al menos una docena de personas (los cálculos del saldo varían hasta los cientos de víctimas) perdieron la vida en Mariúpol en un ataque a un teatro que la gente había estado usando como refugio antibombas. La palabra “niños” estaba escrita en ruso en letras blancas grandes en el suelo delante y detrás del edificio.

La respuesta rusa: Maria Zakharova, una portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, expresó que Ucrania intentaba culpar a Rusia y que era una “mentira” decir que Rusia había bombardeado el teatro, según Reuters. Zakharova aseveró: “Es bien sabido por todos que las fuerzas armadas rusas no bombardean ciudades. Sin importar cuántos videos sean alterados por las estructuras de la OTAN y cuántos clips de video y fotografías apócrifos sean difundidos, la verdad saldrá a la luz”.

El Ministerio de Defensa de Rusia negó haber llevado a cabo el ataque y acusó al batallón Azov de la Guardia Nacional de Ucrania de hacer estallar el teatro en “una provocación sangrienta”.

16 DE MARZO: Fila para el pan en Chernihiv

Según ‘Human Rights Watch’, al menos dieciocho personas fallecieron y veintiséis fueron heridas cuando una munición cayó en una fila para comprar el pan afuera de un supermercado en Chernihiv.

La respuesta rusa: El Ministerio de Defensa ruso negó la responsabilidad con el argumento de que sus fuerzas no estaban presentes en Chernihiv al momento del ataque. El ministerio afirmó que lo habían realizado “nacionalistas ucranianos” o que había sido un montaje del Servicio de Seguridad de Ucrania.

9 DE MARZO: Hospital de maternidad de Mariúpol

Un misil impactó un hospital de maternidad en Mariúpol, el cual ya operaba en una situación lamentable. La fotografía de una mujer embarazada mientras la transportaban entre los escombros se convirtió en una de las imágenes para la posteridad de la guerra. La mujer falleció en los días posteriores.

La respuesta rusa: Los funcionarios mencionaron que el hospital había sido incautado como base por las fuerzas ucranianas. Polyanskiy, el embajador adjunto de Moscú ante las Naciones Unidas, desestimó las acusaciones como “noticias falsas”.

DEL 3 AL 30 DE MARZO: Ejecuciones en Bucha

Los cuerpos de decenas de personas, muchas de las cuales, al parecer, habían sido ejecutadas, se descubrieron en distintos sitios a lo largo y ancho de Bucha, un suburbio de Kiev, después de que las fuerzas rusas se retiraron de la capital ucraniana a finales de marzo. Una investigación de The New York Times halló que las fuerzas rusas en Bucha habían reunido y ejecutado a un grupo de hombres ucranianos el 4 de marzo, lo que implica de manera directa a esas fuerzas en un probable crimen de guerra. El Times también encontró evidencia en video de que las fuerzas rusas habían matado a tiros a un ciclista civil el 5 de marzo.

La respuesta rusa: Líderes rusos en los niveles más altos han negado en repetidas ocasiones haber cometido actos criminales en Bucha y describieron las imágenes de civiles muertos como “una provocación y una falsedad”.

DE MARZO A MAYO Y DE NUEVO EN JUNIO: Bombardeo en Járkov

Un salón de clases de un kínder, un bar y un área de juegos infantiles están entre los muchos lugares devastados en Járkov, donde continuó durante meses una campaña de bombardeos incesantes. Cientos de personas murieron y cientos de edificios quedaron destruidos después de que los rusos usaron artillería, cohetes, bombas de racimo y misiles dirigidos en áreas residenciales. Aunque el bombardeo se detuvo por un tiempo, se reanudó en junio.

La respuesta rusa: El gobierno ruso negó tener como objetivos a instalaciones civiles en Járkov o en cualquier otro lugar, y señaló que las tropas ucranianas y “neonazis” habían usado a los habitantes como “escudos humanos”.

Te recomendamos: Flujo de armas en Ucrania, clave para la guerra

 

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