Anúnciate aquí

Inglewood, el Super Bowl y la gentrificación

The Renaissance gated community next to the SoFi Stadium in Inglewood, Calif., in February 2022. The southwestern Los Angeles County city has been jolted by the economic promise of SoFi Stadium, the site of Super Bowl LVI. (Carlos Gonzalez/The New York Times)
The Renaissance gated community next to the SoFi Stadium in Inglewood, Calif., in February 2022. The southwestern Los Angeles County city has been jolted by the economic promise of SoFi Stadium, the site of Super Bowl LVI. (Carlos Gonzalez/The New York Times)

Los deportes profesionales han desencadenado evolución y nerviosismo en una ciudad dinámica, pero que ahora teme por los cambios que se avecinan
.

Kurt Streeter

Greg y Terry Dulan están ansiosos de que se juegue el Supertazón.

Creen que traerá una gran derrama económica para Inglewood y será un impulso para su pequeño negocio, Dulan’s Soul Food Kitchen, un restaurante que abrió en 1999 y ha sido un ícono de la ciudad.

“Con el gran juego a la vuelta de la esquina, esperamos que le vaya muy bien al negocio”, comentó Greg Dulan. “Pero bromeaba con mi hermano que tal vez debemos vender lugares para los aficionados que quieran usar nuestro estacionamiento ese día. Podríamos ganar mucho dinero y no tendríamos que abrir, así que podríamos ver el partido”.

Ese tipo de optimismo fue palpable mientras conversé con residentes a quienes les ha impactado la llegada del estadio SoFi, el cual se terminó en 2020 con un costo cercano a los 5 mil millones de dólares.

Junto con el estadio, llegaron los Carneros y los Cargadores de Los Ángeles de la NFL. Los siguientes: los Clippers de la NBA, que están construyendo un estadio cerca del SoFi, cuyo término está programado para 2024. Los deportes profesionales han desencadenado evolución y nerviosismo.

“Inglewood es una ciudad dinámica, en continuo movimiento”, me comentó Greg Dulan, de 63 años. Sin embargo, Greg Dulan admite que ha generado preocupación todo lo que se ha hablado sobre el cambio en Inglewood: la gentrificación.

En el siglo XX, Inglewood pasó de ser un bastión casi totalmente blanco del Ku Klux Klan durante la década de 1920 a una ciudad que luchó con la desegregación durante los años setenta a una población de mayoría negra durante la década de 1990. Inglewood llegó a simbolizar la meca negra, aunque ahora más del 50 por ciento de la población es latina.

Sin embargo, hace no mucho tiempo, esta ciudad de casi 110 mil habitantes ubicada al lado del Aeropuerto Internacional de Los Ángeles estaba tan corta de dinero que tenía problemas para brindar los servicios básicos. En 2012, el estado de California se encargó de su sistema escolar. Salvo por algunas tiendas en apuros y gemas de toda la vida como el centro, se sentía como un pueblo fantasma.

“Durante los próximos años, no sé qué va a pasar”, comentó Greg Dulan.

El crecimiento de Inglewood ha sido impresionante: no solo el estadio, sino la línea del tren ligero, la sala filarmónica juvenil que diseñó Frank Gehry, los apartamentos recién construidos y los cafés y restaurantes de moda que salpican el corredor del centro al lado de muchos negocios cerrados.

“Tengo sentimientos encontrados, porque, sí, es muy bueno que tengamos todo esto ahora en el vecindario, pero me enoja que no pudiéramos tenerlo sin el fantasma de la gentrificación”, mencionó Jennifer Tyler, residente de Inglewood desde 2008.

Anúnciate aquí

Anúnciate aquí

Anúnciate aquí