Anúnciate aquí

Amor a los árboles exhibe el poder de un oligarca

Amor a los árboles exhibe el poder de un oligarca
Amor a los árboles exhibe el poder de un oligarca

Un multimillonario ex primer ministro ha derribado y trasplantado decenas de árboles para un parque que despierta asombro y desconfianza

Ivan Nechepurenko

En los últimos cinco años, los habitantes de Georgia han presenciado un espectáculo surrealista: árboles gigantescos, incluso centenarios, flotando erguidos en el mar Negro.

Imponentes magnolias, tulíperos y otras especies majestuosas se deslizaban por la superficie del agua, con sus poderosas ramas extendidas en una procesión que lucía tan poética como delirante.

Los árboles, montados en barcazas empujadas por remolcadores, iban camino a ser replantados en un parque que construía el excéntrico multimillonario y ex primer ministro Bidzina Ivanishvili, un hombre que muchos georgianos creen que sigue ejerciendo un poder político considerable a pesar de haber declarado que se jubiló para dedicarse a la filantropía.

En total, llegaron al parque más de 200 árboles, extraídos de la tierra de aldeas empobrecidas y de los exuberantes bosques de Georgia, un país pequeño del Cáucaso. Ivanishvili aprobó en persona la mayoría de los árboles elegidos.

TRANSPORTARON ÁRBOLES

Transportaron aproximadamente la mitad de los árboles en barcazas y la otra mitad en camiones. Ensancharon los cauces de los ríos y los trenes tuvieron que detenerse para cederles el paso, lo que los georgianos consideraron una prueba de la capacidad continua de Ivanishvili para movilizar a funcionarios con la misma impunidad con la que transporta árboles. Al menos cinco árboles murieron en el proceso, según los informes locales.

El parque de Ivanishvili abrió sus puertas al público en el verano de 2020 y es una extraña manifestación pública de su turbia pero abrumadora presencia en Georgia.

No tiene ningún puesto oficial en el gobierno, pero sus críticos afirman que Ivanishvili, de 65 años, sigue teniendo una enorme influencia tras bambalinas.

“El poder está concentrado en manos de un solo hombre y por supuesto que es Bidzina”, señaló un antiguo aliado, Giorgi Gakharia, quien dimitió como primer ministro en febrero, diciendo que el control del multimillonario se había vuelto asfixiante.

El Parque Dendrológico de Shekvetili, en la costa del mar Negro de Georgia, refleja los gustos extravagantes de Ivanishvili, ya que su diseño sinuoso —con un estanque al centro repleto de flamencos rosas, pelícanos y otras aves exóticas— ha sido elaborado personalmente por él, según Paata Sulaberidze, quien administró el proyecto.

UN PARQUE LLENO DE ÁRBOLES

Una cerca de alambre separa el parque público de la finca de Ivanishvili.

La entrada es gratuita en el parque, cuya creación le costó decenas de millones de dólares, según comentó Ivanishvili en una de las pocas entrevistas que ha dado a una revista de negocios de Georgia.

No obstante, por todas partes hay carteles que informan que se trata de una propiedad privada. Hay cámaras de televisión de circuito cerrado instaladas por todo el lugar y detectores de movimiento frente a cada uno de los árboles. Mira, pero no te atrevas a tocar; y ese mensaje también es válido para el césped. Los guardias con altavoces se apresuran a amonestar a quienes no cumplen con las normas.

Aun así, muchos visitantes dicen que disfrutan mucho del parque.

“Puede que no sea correcto, pero si a estos árboles les cae bien el lugar, ¿por qué no?”, señaló Nyusya Goman, una manicurista de 19 años. “Claro que lo hizo para darse el gusto en primer lugar”, dijo, refiriéndose a Ivanishvili. “La gente dice que él viene por las mañanas para llenarse de la energía que emana de los árboles”.

LAS TEORÍA DE LOS ÁRBOLES

Hay numerosas teorías sobre por qué Ivanishvili está tan encaprichado con los árboles. Algunos georgianos rumoran que es un druida y que los adora.

Salomé Jashi, directora de cine georgiana, ve en la obsesión de Ivanishvili algo más que un amor por la naturaleza.

“A mi parecer, un árbol flotante era un símbolo de poder, de deseo, de querer algo a cualquier precio”, aseveró Jashi, quien filmó un documental sobre el proyecto del parque.

Sulaberidze, el director del proyecto, descarta esas conjeturas. Afirmó que su jefe “simplemente ama los árboles”.

Muchos georgianos dicen que admiran a Ivanishvili por el acceso gratuito a su parque, que hasta ahora ha recibido más de 1.5 millones de visitantes, y por su labor filantrópica, que incluye el pago de becas a artistas y poetas de Georgia.

“La gente no se da cuenta de que ha ayudado a muchos en Georgia”, señaló Rostom Bolkvadze, un empresario de Batumi, la ciudad turística cercana, quien ha visitado el parque.

UN SEÑOR FEUDAL

No obstante, los oponentes políticos de Ivanishvili lo comparan con un señor feudal que le rocía chorritos de riqueza a la gente para comprar su buena voluntad.

Esas personas afirman que su jubilación es una ficción. “No se le ve por ningún lado, pero la verdad es que está presente en todas partes”, dijo Armaz Akhvlediani, miembro del Parlamento de Georgia.

Ivanishvili hizo su fortuna en Rusia, donde montó un imperio metalúrgico y bancario durante la caótica transición postsoviética. Actualmente, su riqueza está calculada en 6 mil millones de dólares, una cifra que supera el presupuesto de Georgia para 2021.

Muchos georgianos especulan y dicen que el Kremlin nunca habría permitido que esa riqueza saliera del país a menos que confiara en que el dinero se usaría para comprar influencia en Georgia, un país de importancia estratégica que lucha por conservar su independencia frente a las ambiciones de poder de las naciones vecinas, Turquía y Rusia.

LOS ENEMIGOS

Uno de los críticos acérrimos de Ivanishvili es el expresidente de Georgia, Mikheil Saakashvili. Tras pasar años en el extranjero, Saakashvili regresó al país de forma dramática y sorpresiva en septiembre y en la actualidad está detenido, acusado de abuso de poder y otros cargos que niega.

Saakashvili, quien durante su presidencia intentó distanciar a Georgia de su pasado soviético, se autodenomina “prisionero de Putin” y afirma que Ivanishvili es lacayo del Kremlin.

Giorgi Khelashvili, diputado del partido Sueño Georgiano, fundado por Ivanishvili, sostiene que su jubilación fue sincera.

“Su idea era abandonar el sistema y quería dejarle al gobierno un sistema que se ocupara de dirigir, y él solo se haría a un lado”, dijo Khelashvili.

Los representantes de Ivanishvili rechazaron repetidas solicitudes de entrevista para este artículo.

BUENA REPUTACIÓN

Si bien su papel ahora es turbio, Ivanishvili desempeñó en su día un papel muy abierto y destacado en el tenso ambiente político de Georgia, en el que la actitud de un candidato hacia Rusia es objeto de escrutinio por parte de los votantes.

Como líder de una coalición de partidos políticos, ganó las elecciones parlamentarias de 2012 y ocupó el cargo de primer ministro desde octubre de 2012 hasta noviembre de 2013, durante el cual persiguió las aspiraciones europeas y de la OTAN de Georgia, pero también intentó ser pragmático con Moscú.

Su coalición había hecho campaña en oposición al entonces presidente Saakashvili, que renunció y abandonó rápidamente el país luego de la derrota de su partido.

Como se ha visto este mes en las mortales protestas de Kazajistán, el traspaso de poder en muchas de las antiguas repúblicas soviéticas ha sido a menudo caótico y violento. Para probar que no está hambriento de poder, los partidarios de Ivanishvili señalan su decisión de dimitir voluntariamente como primer ministro después de un año.

Por ahora, Ivanishvili parece estar más interesado en sus excéntricas aficiones, que a veces se manifestaron durante su etapa como primer ministro.

Akhvlediani, el parlamentario, trabajó estrechamente con Ivanishvili en 2013 como presidente de su partido político, pero desde entonces tuvieron un desencuentro. Él recordó cómo en una visita oficial al extranjero a Estrasburgo, Ivanishvili se interesó sobre todo por el zoológico de la ciudad, donde compró huevos de cigüeña para llevar a casa.

EL DINERO, LA SOSPECHA

Aunque la pasión por los árboles puede parecer inofensiva, ese no es necesariamente el caso cuando el apasionado es un multimillonario poderoso.

Toby Kiers, profesora de Biología Evolutiva de la Universidad Libre de Ámsterdam, aseguró que, cuando se enteró del proyecto de Ivanishvili de arrancar árboles centenarios, sintió dolor físico.

“Durante cientos de años, estos árboles antiguos han cultivado sus singulares ecosistemas subterráneos, que incluyen vastas redes de hongos que sostienen al árbol desde que era un retoño diminuto”, explicó Kiers, quien ha investigado cómo están conectados los árboles. “Cuando se arranca un árbol, también se arranca del suelo ese sistema de apoyo vital, dejando atrás un páramo estéril”.

Para Valentina Slobodenyuk, lo que quedó fue una vista al mar que antes estaba bloqueada por la secuoya gigante y el ginkgo biloba que Ivanishvili se llevó a su parque.

Los árboles habían desempeñado un papel importante en su vida, relató, ya que la secuoya le proporcionaba un buen refugio durante las tormentas. Ahora, Slobodenyuk visita los árboles en su nuevo hogar.

“Los extraño mucho”, dijo.

MT

Anúnciate aquí

Anúnciate aquí

Anúnciate aquí