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Haití, entre la escasez de alimentos y dinero

Anatoly Kurmanaev / Maria Abi-Habib Residentes que perdieron sus hogares en el terremoto de Haití están luchando por los pocos recursos de ayuda que han llegado al país, molestos por la lentitud y escasez de esas colaboraciones y la falta de asistencia del Gobierno. La ayuda llega poco a poco, pero los suministros limitados aumentan … Leer más

Anatoly Kurmanaev / Maria Abi-Habib

Residentes que perdieron sus hogares en el terremoto de Haití están luchando por los pocos recursos de ayuda que han llegado al país, molestos por la lentitud y escasez de esas colaboraciones y la falta de asistencia del Gobierno.

La ayuda llega poco a poco, pero los suministros limitados aumentan las tensiones entre los afectados, cada vez más desesperados.

Las peleas estallaron después de que el expresidente, Michel Martelly, visitara un hospital con suministros de ayuda. Los partidarios de Martelly arrebataron los donativos a los guardaespaldas del exmandatario, mientras este se retiraba en automóvil. Una persona tomó una piedra y trató de atacar a otros mientras que la multitud gritaba: “Mátalo, mátalo”.

El viernes, se escucharon disparos cuando una iracunda multitud, pensando que transportaba ayuda, rodeó a un camión averiado. La organización Food for the Poor dijo en un comunicado que un convoy de cuatro camiones con ayuda humanitaria fue saqueado, dos frente a una estación de policía. El grupo pidió a las autoridades establecer medidas para garantizar el paso seguro de la asistencia.

En Puerto Príncipe, dos cirujanos fueron secuestrados donde brindaban ayuda médica a las víctimas. Los secuestros, incluyendo el de uno de los pocos cirujanos ortopédicos de Haití, provocaron el cierre de un hospital.

En Los Cayos, autoridades distribuyeron un arsenal de provisiones provenientes de seis países, que van desde agua glacial tibetana, enviada por China, hasta colchones inflables de Japón.

Los residentes más acomodados y los grupos de la diáspora haitiana instalaron comedores populares y facilitaron agua potable, pero cuando la comida llegó al lugar, provocó frenéticos enfrentamientos entre los hambrientos beneficiarios.

“Cuando tienes 75 comidas para cientos de personas, se crea una situación delicada”, dijo el reverendo Roosevelt Milfort, pastor evangélico que ayudó a organizar un campamento.

Un hombre con un megáfono instó a tener paciencia y permitir que los líderes organicen las donaciones para garantizar una distribución equitativa. “Si no morimos por el terremoto, no moriremos de hambre”, entonó.

Protección Civil de Haití ha dicho que 2 mil 189 personas murieron, cientos continúan desaparecidas y 12 mil resultaron heridas, pero existe preocupación de que el número final pueda ser mucho mayor. Funcionarios estadounidenses han sugerido que podría surgir un número drásticamente mayor de muertes.

De acuerdo con la herramienta de evaluación PAGER, la cifra de muertes podría ser 10 veces más alta que la dada a conocer hasta ahora.

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