Esta sustancia podría dañar el coeficiente de los bebés
El perclorato podría dañar el coeficiente de los bebés, pues se sabe que tiene repercusiones irreversibles en el cerebro de los infantes AP Una propuesta de la Agencia de Protección Ambiental busca eliminar cualquier normativa federal sobre el perclorato, un contaminante que se sabe podría dañar el coeficiente de los infantes y causar coeficientes intelectuales … Leer más
El perclorato podría dañar el coeficiente de los bebés, pues se sabe que tiene repercusiones irreversibles en el cerebro de los infantes
AP
Una propuesta de la Agencia de Protección Ambiental busca eliminar cualquier normativa federal sobre el perclorato, un contaminante que se sabe podría dañar el coeficiente de los infantes y causar coeficientes intelectuales más bajos y otros problemas a bebés estadounidenses, según organizaciones de pediatras y salud pública.
La agencia, conocida como EPA por sus siglas en inglés, ha dicho desde el año pasado que está considerando cuatro opciones para abordar la contaminación del agua potable con perclorato, que podría dañar el coeficiente de los bebés.
Entre ellas la de no adoptar normativa alguna. La portavoz de la EPA, Corry Schiermeyer, refutó los reportes de que el gobierno de Trump había optado por no hacer nada.
Sin embargo, confirmó que la agencia tenía previsto enviar “en breve” una recomendación a la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca.
El perclorato, que podría dañar el coeficiente de los bebés, es un ingrediente de combustible de cohetes, explosivos y municiones.
Se ha trasminado desde sitios militares hacia aguas subterráneas y ríos navegables.
El perclorato ha contaminado el agua potable de hasta 16 millones de estadounidenses.
Así lo dijo el gobierno del presidente Barack Obama en 2011, cuando anunció que la EPA impondría por primera vez límites máximos a esa sustancia.
LAS CONSECUENCIAS
El perclorato puede perjudicar el desarrollo del feto y de los niños. iIncluso reducir en forma perceptible el cociente intelectual en los recién nacidos.
Así lo dijo en agosto pasado la Academia de Pediatría de Estados Unidos, cuando exhortó que se impusieron límites federales lo “más estrictos posible”.
Entre los estudios citados por el grupo de doctores, uno mostró que nueve de cada 13 bebés lactantes estaban ingiriendo niveles considerables de la sustancia.
“Decir que eso es aceptable es desconcertante”, dijo Erik Olson, del grupo activista Consejo de Defensa de los Recursos Naturales en referencia a los estudios en los que se menciona que la sustancia reduce podría dañar el coeficiente de los infantes.
Tras recibir una orden judicial en 2018 para que se presentara una normativa en junio de este año, la EPA dijo el año pasado que estaba considerando cuatro opciones, entre ellas imponer un límite a los niveles de perclorato en el agua potable muy superior al adoptado por California, Massachusetts y otros estados.
PODRÍAN NO HACER NADA
La EPA dijo en este entonces que otra de las opciones en consideración era cancelar totalmente la propuesta de regular la sustancia, con base en el argumento de que
El perclorato no se presenta en los sistemas públicos de agua con una frecuencia ni un nivel que supongan una preocupación de salud pública”.
The New York Times, que citó fuentes no identificadas, dijo que la EPA había optado porque no hubiera normativa alguna.
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Schiermeyer, la portavoz de la EPA, dijo en un comunicado que “la agencia no ha tomado aún una decisión definitiva”.
SIGUEN LAS INDAGACIONES
Sin embargo, la EPA publicó lo que describió como “fichas técnicas” para exponer que la normatividad estatal relacionada al perclorato en el agua potable, así como otras acciones de limpieza, habían logrado “reducciones considerables” en los niveles de la sustancia.
El administrador de la EPA, Andrew Wheeler, dijo que el control del perclorato en el agua potable había sido un “éxito”.
El tipo de lenguaje y el argumento emula lo dicho el año pasado por la agencia al tratar de sustentar la opción de que no hubiera una normativa.
Olson dijo que la EPA solicitó pruebas nacionales limitadas sobre los niveles de perclorato solo de 2001 a 2005, cuando detectó una contaminación generalizada con la sustancia.
MT
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