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Coronavirus deja primeras secuelas sociales en Argentina

Acostumbrados a cocinar un promedio de 50 platos, ahora deben preparar unos 200 para alimentar también a los residentes de un humilde barrio Todavía no es mediodía, pero el aroma del guiso de pollo traspasa las ventanas de la cocina que funciona en una parroquia situada en un suburbio marginal al norte de Buenos Aires. … Leer más

Acostumbrados a cocinar un promedio de 50 platos, ahora deben preparar unos 200 para alimentar también a los residentes de un humilde barrio

Todavía no es mediodía, pero el aroma del guiso de pollo traspasa las ventanas de la cocina que funciona en una parroquia situada en un suburbio marginal al norte de Buenos Aires. Voluntarios con barbijos revuelven la preparación que se cocina en ollas gigantes mientras otros pican las verduras y la carne blanca en trozos pequeños.

“Despedazamos todo para que rinda más”, explicó el cocinero Marcus Oliva, de 49 años, mientras va del fuego a la heladera en busca de más ingredientes.

Acostumbrados a cocinar un promedio de 50 platos por día para ancianos y adictos en recuperación, ahora deben preparar unos 200 para alimentar también a los residentes del humilde barrio La Cárcova, en la localidad de José León Suárez, durante la cuarentena obligatoria por la pandemia de coronavirus.

El aislamiento impuesto por el presidente de centroizquierda Alberto Fernández a partir del 19 de marzo le puso freno de mano a una economía que ya venía en recesión y agravó las condiciones de vida de los sectores más desprotegidos, otro de los efectos de la enfermedad que se replica en varios países de Latinoamérica y que ha forzado a sus gobiernos a aumentar la ayuda social.

“Aumentó de ocho a 11 millones de personas la demanda de asistencia alimentaria”, dijo el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, en una entrevista con The Associated Press. “La situación a partir de la pandemia se agudizó… generó un aislamiento que en esencia paralizó más la actividad económica. Hoy tenemos más gente en los comedores comunitarios, más gente que reclama asistencia alimentaria”.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estimó que el número de pobres en la región subirá de 185 a 220 millones de personas por el coronavirus mientras que las personas que viven en la indigencia podrían aumentar de 67,4 a 90 millones.

Argentina reportó esta semana que en el segundo semestre de 2019 la pobreza afectaba a 35,5% de sus 44 millones de habitantes. Dentro de esa cifra el 8% era indigente, es decir, no alcanzaba a cubrir con sus ingresos una canasta básica de alimentos.

AP / LRR

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