La ciudad de Barcelona ya resiente el COVID-19

Jorge Alanís es un arquitecto que lleva 10 años en Barcelona y relata que la sicosis se empieza a notar en las calles

Carlos Uriegas

Para Jorge Alanís, arquitecto que ha vivido 10 años en Barcelona, ver la iglesia de la Sagrada Familia prácticamente vacía es una sensación evidente de que algo serio está pasando en la  Cataluña.

En dos semanas cambió todo, hace quince días se empezó a escuchar el tema y ahora en Barcelona no se habla de otra cosa;  todavía fui a a trabajar a la oficina y paso todos los días frente a la Sagrada Familia y se ve prácticamente sin gente, antes de que cerraran la iglesia me llamó la atención que se estaban casando una pareja de asiáticos”, narra el arquitecto.

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En un principio el brote de Coronavirus sonaba muy lejano, pero al llegar a Madrid, primero, y a otras regiones de España después, comenzaron a surgir todo tipo de informaciones, hasta que el día de ayer la OMS declaró a Europa como nuevo epicentro de la pandemia y España ya declaró el estado de alarma.

Primero fue en Madrid y ahora ya está acá, de hecho hoy mi hijo de cinco años ya no fue a la escuela, lo avisaron muy intempestivamente y tuvimos que ver con quién lo dejábamos. En mi trabajo aún no nos informan si nos presentamos a trabajar el lunes”, comenta el arquitecto quien trabaja en proyectos en locales y plazas comerciales.

Otra señal de que las cosas empiezan a complicarse es que la sicosis se empieza a notar en las calles y en las filas afuera de los supermercados.

Desde las ocho de la mañana, antes de que abran las tiendas, ya hay gente formada afuera de los supermercados para entrar a comprar para abastecerse”, menciona Jorge Alanís.

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El impacto económico en una ciudad como Barcelona que tiene mucho movimiento turístico va a resentir los efectos del COVID-19, pero también el sector productivo se verá afectado por la cancelación de eventos. La región de Cataluña, hasta el cierre de la edición registraba 509 contagios y seis fallecidos.

Yo estaba trabajando en la construcción de varios estands en una feria internacional de telefonía, pero ya se canceló y esto afecta al trabajo y a la economía, cuando la cancelaron hace una semana no entendíamos por qué, pero ahora entendemos el motivo y vemos que la cosa es seria. También realizó algunos trabajos con el FC. Barcelona y ya tampoco podemos entrar a las instalaciones a trabajar”, comenta el arquitecto de 41 años de edad.

Barcelona es una ciudad desértica; con poca gente en las calles, aún no han cerrado los parques, pero se ven uno o dos niños solamente, el panorama es realmente solitario, parece una escena surrealista, sin tráfico, sin personas y sin turistas, algo muy extraño en la Ciudad Condal.

AMIP.