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Presidente de Ecuador dispone toque de queda y militarización en décimo día de protestas

El toque de queda, que se decreta en situaciones de conmoción, impide la circulación de personas y vehículos y restringe derechos ciudadanos./AP
El toque de queda, que se decreta en situaciones de conmoción, impide la circulación de personas y vehículos y restringe derechos ciudadanos./AP

En el décimo día de manifestaciones, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno ordenó toque de queda para el Distrito Metropolitano de Quito y Los Valles Cientos de manifestantes, muchos encapuchados, incendiaron y saquearon la Contraloría en Ecuador y se apoderaron de diversos sectores de la capital y áreas periféricas, paralizando calles y atacando a mansalva … Leer más

En el décimo día de manifestaciones, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno ordenó toque de queda para el Distrito Metropolitano de Quito y Los Valles

Cientos de manifestantes, muchos encapuchados, incendiaron y saquearon la Contraloría en Ecuador y se apoderaron de diversos sectores de la capital y áreas periféricas, paralizando calles y atacando a mansalva a vehículos particulares, ante lo cual se declaró el toque de queda mientras los indígenas se mantienen congregados en rechazo a la elevación de los precios de los combustibles.

Ante la situación, el presidente Lenín Moreno en su cuenta de Twitter anunció el toque de queda y la militarización de la ciudad, afirmando que ello “facilitará la actuación de la fuerza pública frente a los intolerables desmanes de violencia”.

El toque de queda, que se decreta en situaciones de conmoción, impide la circulación de personas y vehículos y restringe derechos ciudadanos.

El mandatario luego, en cadena de radio y televisión, culpó a “los narcotraficantes, los Latin King (banda delincuencial), a los correístas (seguidores del ex presidente Rafael Correa) los que están dedicados a hacer estos actos vandálicos”.

“Ventajosamente los indígenas ya los han detectado y están separándolos de sus filas”, explicó, al tiempo de señalar que “vamos a restablecer el orden en todo el Ecuador, iniciamos con el toque de queda en Quito. He dispuesto al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas inmediatamente tomar las medidas y operaciones que sean necesarias”.


Añadió que “restableceremos el orden en todo el Ecuador, ciudadanos de esto vamos a salir juntos y que Dios los bendiga”.

Las escenas de bloqueos con llantas, palos y montículos de tierra, que al inicio del día eran esporádicas, se han generalizado y han aumentado en violencia en toda la ciudad impidiendo el paso a vehículos particulares con agresiones con palos y piedras.

En otras áreas de la ciudad grupos de manifestantes se movilizaban en camionetas o a pie, con banderas y en medio de gritos de protesta.

En medio de una manifestación, se desprendió un grupo de encapuchados que rompieron las puertas de la Contraloría del Estado, que custodia la documentación para procesar actos de corrupción. Los alzados destruyeron oficinas y documentos a su paso y provocaron incendios en varios pisos.

En el edificio, que está a mitad de camino entre la Asamblea y el sitio donde están apostados los manifestantes indígenas, están los documentos de respaldo de las investigaciones de corrupción, buena parte de ellas a ex altos funcionarios del gobierno del presidente Rafael Correa (2007-2017).

La ministra del Interior, María Paula Romo, en su cuenta de twitter, aseveró que “se ha detenido a 30 personas que se habían apostado en la terraza de la Contraloría. Se revisa el resto del edificio”.

En algunos sectores altos de la capital incluso se reportaron cortes del servicio de agua, ante lo cual el alcalde de la capital, Jorge Yunda, en declaraciones a periodistas dijo que “los ciudadanos debemos defender las fuentes de agua, tenemos que defender nuestros mercados, tenemos que defender nuestro metro de Quito”.

Señaló que “tenemos que defender nuestro patrimonio y la integridad de los quiteños, tenemos que organizarnos… ojalá tengamos el apoyo de las fuerzas del orden estatal para ir a proteger nuestras fuentes de agua”.

Reconoció que los manifestantes tienen derecho a protestar, “pero no vamos a permitir que se vaya más allá de una protesta”.

El municipio de Quito informó que las vías al aeropuerto capitalino están bloqueadas por manifestantes.

El gobierno no se había pronunciado acerca de estos sucesos.

En medio de la situación, la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE), en un mensaje en Twitter, aseveró que “luego de un proceso de consulta con las comunidades, organizaciones, pueblos, nacionalidades y organizaciones sociales hemos decidido participar en el diálogo directo con (el presidente) Lenin (Moreno)”.

Las protestas se caracterizaron hace casi dos semanas por mítines y manifestaciones en el sector centro norte de la capital, donde los manifestantes atacaron con piedras y palos a la policía, que respondió con gases lacrimógenos.

Miles de indígenas se mantienen concentrados en las instalaciones de la Casa de la Cultura y universidades cercanas desde donde han salido a protestas diarias.

Este es el principal campo de la batalla por el control del futuro económico de Ecuador, un ex miembro de la OPEP profundamente endeudado por una década de elevado gasto gubernamental y la caída en los precios del petróleo. Con una deuda de 64.000 millones de dólares y un déficit anual de 10.000 millones, el presidente Moreno está aumentando los impuestos, liberalizando las leyes laborales y recortando el gasto público para poder obtener más de 4.000 millones de dólares en financiamiento de emergencia del Fondo Monetario Internacional.

Como parte de ese plan, Moreno eliminó un subsidio al precio de los combustibles el 2 de octubre, lo que hizo que la variedad de gasolina más popular se elevara de 1,85 a 2,39 dólares el galón, y el diésel de 1,03 a 2,30. El pánico y la especulación provocaron un alza enorme en los precios, y los costos de algunos productos _ las papayas y las tarifas de los autobuses rurales, por ejemplo_ se duplicaron o más.

Los pobladores indígenas de Ecuador, destrozados por la pobreza y desatendidos por los programas gubernamentales, estaban furiosos. Durante la semana pasada, miles de shuar, saraguro, quechua y otras etnias indígenas llegaron a Quito desde lo profundo de la Amazonía y desde los poblados en los Andes ecuatorianos. Acamparon en la Casa de la Cultura, el parque vecino llamado El Arbolito y tres universidades, respaldados por miles de manifestantes de Quito y las zonas circundantes.

A pesar de la difícil situación, Moreno ha dicho que no puede reanudar los subsidios a los combustibles. El país está en bancarrota y ceder ante los manifestantes sería una derrota en el esfuerzo del presidente por revertir las políticas de su predecesor y ex mentor, Rafael Correa.

“Reconocemos las decisiones difíciles que el gobierno de Ecuador ha tomado para hacer avanzar el buen gobierno y promocionar el crecimiento económico sustentable”, afirmó el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo el viernes en un comunicado. “Seguiremos trabajando en asociación con el presidente Moreno en respaldo de la democracia, la prosperidad y la seguridad”.

AP/VHR

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