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Cunde el miedo entre los hispanos que viven en EEUU

Foto: AP
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Luego de la masacre en El Paso, los hispanos toman medidas especiales al momento de acudir a un lugar, como tratar de no hablar español Cuando Michelle Otero llegó a una muestra de artistas de origen mexicano, lo primero que hizo fue mirar a su alrededor. Dos salidas. Un guardia. Y pensó: Si aparece alguien … Leer más

Luego de la masacre en El Paso, los hispanos toman medidas especiales al momento de acudir a un lugar, como tratar de no hablar español

Cuando Michelle Otero llegó a una muestra de artistas de origen mexicano, lo primero que hizo fue mirar a su alrededor. Dos salidas. Un guardia. Y pensó: Si aparece alguien a los tiros, ¿cómo hacemos con mi marido para salir de aquí con vida?

Otero, quien es de ascendencia mexicana y poetisa laureada de Albuquerque, dudó incluso si ir a un evento en el que se anticipaba una nutrida concurrencia en el Centro Nacional Cultural Hispano un día después de que 22 personas fuesen asesinadas a tiros en una tienda Walmart de El Paso, Texas.

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En esa balacera y en otra previa en Gilroy, California, murieron casi dos docenas de hispanos. Estos episodios hacen que los hispanos miren constantemente de reojo, eviten hablar en español en sitios públicos y busquen rutas de escape ante el temor de que alguien empiece a disparar.

Una enorme operación en plantas de pollos de Mississippi en la que fueron detenidos 680 empleados mayormente hispanos, que dejó a niños llorando y buscando a sus padres, también genera inquietud en la comunidad hispana.

Estos episodios se produjeron en el marco de un ambiente tenso, generado en parte por declaraciones en las que Donald Trump tildó de ‘violadores’ a los inmigrantes mexicanos durante su campaña presidencial. Ya como presidente, Trump dijo que había una ‘invasión’ de inmigrantes y circularon videos en los que se critica a los hispanos por hablar en español.

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“Es como que estamos en un momento culminante”, dijo Jennifer García, estudiante de la Universidad de Nuevo México de 23 años oriunda de México. “Alguna gente, sobre todo nuestros mayores, no quiere ni siquiera salir de la casa o hablar en español”.

De Houston a Los Ángeles, los hispanos han acudido a las redes sociales para describir el temor que sienten, el miedo de que si hacen cola en un vehículo que vende tacos o si lucen la camiseta de la selección mexicana de fútbol pueden ser blanco de algún individuo armado.

Si bien las razones del agresor de Gilroy no se conocen todavía, las autoridades dicen que el sospechoso de El Paso, quien es blanco, confesó que disparó contra hispanos. Se cree asimismo que escribió una diatriba anti-hispana antes de abrir fuego en un Walmart con un fusil AK-47.

La diatriba incluyó comentarios contra la inmigración y contra los hispanos similares a los de Trump.

García dice que nota mucha ansiedad entre los inmigrantes desde la elección de Trump en noviembre del 2016 y que el estrés “llegó a otro nivel” tras las balaceras.

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Alexandro José Gradilla, profesor de estudios de chicanas y chicanos de la Universidad Estatal de California con sede en Fullerton, dijo que él y su esposa, quien también es profesora, “sabemos que cualquiera puede ver el programa de clases y empezar a los tiros”.

“Los supremacistas blancos no distinguen a un inmigrante hispano de cuarta generación”, manifestó. “Lo único que ven es alguien de piel morena”.

Carlos Galindo-Elvira, de la Liga Anti-Difamación de Arizona, dijo que tras la balacera de El Paso esa organización recibió llamadas de hispanos que pedían información sobre los supremacistas blancos y sobre el portal en el que se publicó la diatriba del agresor.

“Les digo que no podemos vivir con miedo, pero que al mismo tiempo tenemos que estar atentos y vigilantes a la retórica y a nuestros alrededores”, indicó Galindo-Elvira.

Agregó que es importante estar informado y que desde el año pasado la liga ha ofrecido talleres a empleados de consulados mexicanos de todo el país acerca de cómo denunciar las agresiones a sus ciudadanos.

Erik Contreras, de 36 años, nieto de inmigrantes de Panamá y México, dijo que la violencia de las últimas semanas hace que se sienta nervioso en los estacionamientos, por temor a que haya un ataque.

“Los otros días fue al Zoológico de Oakland y estudié bien el panorama, por las dudas”, comentó Contreras, quien trabaja en una escuela de Union City, California, y tiene tres hijos. “No quiero vivir así. Este es nuestro país”.

Otero, la poetisa, dijo que trata de encontrarle un sentido a las balaceras.

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“Una persona manejó nueve horas para matar a gente como yo”, expresó, aludiendo al agresor de El Paso, tratando de contener las lágrimas. “No sé cómo interpretar eso”.

Dijo que está organizando un encuentro de poetas que leerán sus obras en Albuquerque para recaudar dinero para las familias de las víctimas de El Paso.

Flaviano Graciano, de la agrupación de activistas Equipo de Ensueño de Nuevo México (New Mexico Dream Team), dijo que están tratando de organizar a la gente, programando foros sobre los derechos de los inmigrantes hispanos y sobre cómo responder a estallidos de violencia y a redadas de las autoridades.

AP/ KO

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