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Boris Johnson viaja a Belfast ante incertidumbre por Brexit

Foto: AP.
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El primer ministro británico enfrenta un desafío doblemente difícil: restaurar el Gobierno desmoronado en Belfast y encontrar una solución para la frontera irlandesa El primer ministro británico, Boris Johnson, se reunió ayer con líderes políticos en Irlanda del Norte, donde enfrenta un desafío doblemente difícil: restaurar el Gobierno desmoronado en Belfast y encontrar una solución … Leer más

El primer ministro británico enfrenta un desafío doblemente difícil: restaurar el Gobierno desmoronado en Belfast y encontrar una solución para la frontera irlandesa

El primer ministro británico, Boris Johnson, se reunió ayer con líderes políticos en Irlanda del Norte, donde enfrenta un desafío doblemente difícil: restaurar el Gobierno desmoronado en Belfast y encontrar una solución para la frontera irlandesa después del Brexit.

Los 1.8 millones de personas de Irlanda del Norte llevan dos años y medio sin un Gobierno regional, desde que el acuerdo entre católicos y protestantes colapsó por un fallido proyecto de energía verde. La fractura no tardó en ampliarse para incluir otras cuestiones culturales y políticas que separan a los unionistas británicos de los nacionalistas irlandeses.

Johnson tenía previsto reunirse con cinco partidos políticos con la esperanza de reactivar los esfuerzos de formar un Gobierno.

“Mi principal objetivo esta mañana es hacer todo lo que pueda para ayudar a poner esto en marcha de nuevo, porque creo que va profundamente en interés de la gente aquí, de todos los ciudadanos aquí en Irlanda del Norte”, dijo Johnson.

Irlanda del Norte es clave para conseguir la salida británica de la Unión Europea, y es probable que sea una de las zonas más afectadas si el proceso se tuerce.

El principal escollo para el acuerdo de divorcio entre Gran Bretaña y la Unión Europea es el complejo asunto de la ahora invisible frontera de 500 kilómetros (300 millas) entre Irlanda del Norte, que forma parte de Gran Bretaña e Irlanda, miembro de la UE. Una frontera invisible resulta crucial para la economía de la zona, y también es una pieza importante del proceso de paz que puso fin a décadas de violencia en Irlanda del Norte.

Tanto Gran Bretaña como la Unión Europea han prometido que no habrá una frontera visible, pero discrepan sobre cómo gestionarlo.

La UE y la predecesora de Johnson, Theresa May, acordaron una solución conocida como la salvaguarda, un seguro que garantizaría una frontera abierta si no se consigue otra solución. Pero los británicos partidarios del Brexit detestan la idea porque ata a Gran Bretaña a las políticas comerciales de la UE de evitar controles de aduanas, algo que según dicen impedirá a Londres cerrar nuevos acuerdos comerciales en el resto del mundo.

Johnson se convirtió en primer ministro la semana pasada, tras ganar las primarias conservadoras prometiendo a los miembros del partido, muy partidarios del Brexit, que Gran Bretaña abandonaría la UE en la fecha prevista del 31 de octubre, con o sin acuerdo.

Johnson insiste en que el bloque haga importantes cambios al texto acordado con May, que fue rechazado tres veces en el Parlamento británico. El nuevo mandatario dice que la salvaguarda debe eliminarse y se niega a celebrar nuevas conversaciones con los líderes de la UE hasta que acepten. El bloque está igualmente decidido a mantener la cláusula.

AP / OHH 

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