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En este pueblo de México sacan cadáveres de las tumbas para limpiarlos

Foto: BBC
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Al entrar por primera vez al cementerio de Pomuch, probablemente podrías sentirte observado, e incluso hasta nervioso ya que decenas de cráneos se asoman de entre las tumbas. En este cementerio de México los restos óseos de los fallecidos descansan todo el año en cajas entreabiertas que reposan en sus nichos. Sin embargo, es en … Leer más

Al entrar por primera vez al cementerio de Pomuch, probablemente podrías sentirte observado, e incluso hasta nervioso ya que decenas de cráneos se asoman de entre las tumbas.

En este cementerio de México los restos óseos de los fallecidos descansan todo el año en cajas entreabiertas que reposan en sus nichos.

Sin embargo, es en esta época del año, justo antes del Día de Muertos, cuando sus vecinos protagonizan otra curiosa tradición que atrae a cientos de turistas: la limpieza de los huesos de sus familiares.

Este ritual, que en maya se conoce como Choo Ba’ak, se celebra en el pueblo de Pomuch, en el estado de Campeche desde hace al menos 150 años, según Hernesto Pool, promotor local de esta tradición.

“Nos basamos en la cosmología maya, que aseguraban que los muertos tenían más allá de una vida. Con esta tradición de tenerle culto a los muertos, entendemos que existe vida después de la muerte, que existe el paso del inframundo y luego regresa de nuevo”, le explica a BBC Mundo.

Pomuch pertenece al municipio de Hecelchakán, un caluroso y tranquilo lugar en la península de Yucatán.

El ambiente relajado que se percibe en su cementerio ayuda a que, pasados unos minutos, vaya desapareciendo ese impacto inicial durante una primera visita al lugar.

Desde mediados de octubre, parientes de los fallecidos acuden para hacer la limpieza de huesos de sus difuntos y tenerlos listos para el 31 de octubre y 1 de noviembre, días en los que se cree que regresan los niños y los adultos respectivamente.

“Con la limpieza es como si se les bañara y con el nuevo paño es como cambiarles la ropa, porque están a punto de venir de visita y tienen que estar preparados. Las veladoras se ponen para que vean el camino y puedan regresar con nosotros”, cuenta Ricardo Yam, quien trabaja pintando los nichos y que se encarga cada año de limpiar los huesos de uno de sus gemelos, fallecido al nacer hace 28 años y por el que se sigue emocionando cuando lo recuerda.

Foto: BBC

Con información de la BBC

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