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Se requiere impulsar el empoderamiento de la mujer rural

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Juan Carlos Machorro La cooperación entre el gobierno, sector privado y sociedad civil es imprescindible para para implementar políticas y estrategias encaminadas a visibilizar el trabajo y aportación de las mujeres rurales y así romper con la brecha de género, pobreza y acceso a oportunidades que aún prevalecen. En este sentido, Laura Tamayo, directora de … Leer más

Juan Carlos Machorro

La cooperación entre el gobierno, sector privado y sociedad civil es imprescindible para para implementar políticas y estrategias encaminadas a visibilizar el trabajo y aportación de las mujeres rurales y así romper con la brecha de género, pobreza y acceso a oportunidades que aún prevalecen.

En este sentido, Laura Tamayo, directora de asuntos públicos, comunicación y sustentabilidad en Bayer México y presidenta de la Comisión de Inclusión y Diversidad del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), declaró al periódico AM de Querétaro que la pobreza y la cultura machista son los dos principales obstáculos para el desarrollo y empoderamiento de la mujer en zonas rurales del país, realidad que debe ser modificada con diversas herramientas sociales.

Se tienen algunos avances con una presencia de 1 mujer a casi 3 hombres en estudios de ingeniería agroforestal y en cooperativas agrícolas, pero no es una realidad de equidad como debiese ser, acotó.
El Instituto Nacional de las Mujeres señala que 56 por ciento de las mujeres rurales del país se encuentra en situación de pobreza; sufren 2 de cada 3 muertes maternas y tienen en promedio 2.4 años menos de escolarización que las mujeres que viven en núcleos urbanos. Tienen, además, menor acceso a la tierra y a programas de financiamiento y capacitación para su desarrollo como agricultoras.

La salud es un sector esencial para impulsar y en especial de las mujeres rurales, por ello, impulsan un programa de prevención y detección oportunidad del cáncer de mama –segunda causa de muerte de las mujeres en México-.

“Tenemos presencia en el sureste del país, donde los atrasos sociales están más acentuados, con perspectivas de crecer para el bajío nacional para el 2022”, dijo.

Es indispensable que las mujeres sean dueñas de sus cuerpos y aprendan a cuidarse y prevenir las enfermedades que se acrecientan en zonas rurales.

Apuntó que las políticas con perspectiva de género deben abordarse en dos ámbitos: el económico, que tiene que ver con la educación y la capacitación; y el punto de vista social, que involucra a redes de mujeres rurales y de colectivos que ayuden a desarrollar el talento del género femenino en el campo mexicano.

Comentó que esta labor debe ser” un trabajo en equipo, donde cada uno de los diferentes actores tienen una responsabilidad. Desde el punto de vista empresarial, la inclusión y la diversidad, en cualquier ámbito, genera riqueza y valor. La inclusión no solamente es un tema de justicia, sino de tener la representatividad y de buenas prácticas de negocio. Por ello, las empresas privadas tenemos una responsabilidad en el campo para ver de qué manera se puede mejorar su desarrollo y aplicar planes sociales con perspectiva de género”.

Datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indican que, en América Latina, las mujeres rurales representan el 29 por ciento de la fuerza laboral, y son responsables de más del 50% de la producción de alimentos. La gran mayoría son jefas de hogar y el sustento de sus familias, pero a pesar de ser una pieza fundamental en el sistema alimentario, aún enfrentan diversos obstáculos para ejercer sus derechos.

Durante el foro “Resignificando el papel de las mujeres en el campo mexicano”, Ancuta Caracuda, Especialista Senior en Desarrollo Territorial del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), señaló los lineamientos o estrategias, que, a su parecer, deberían estar reflejadas en estrategias y programas públicos: “estos deberían tener un enfoque de equidad e inclusión, que tengan como objetivo principal combatir las desigualdades entre hombres y mujeres, así como la democratización de las actividades del cuidado familiar y construcción de nuevas masculinidades en los hombres rurales”.

Para la especialista, “hoy más que nunca, las mujeres deben de ser el foco de atención de las políticas nacionales, sectoriales e internacionales, donde se revalorice el papel de hombres y mujeres para que las estrategias sean escritas con inclusión de género, articulando la realidad del campo y el ámbito económico”, finalizó.

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