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Basura de los mexicanos, una mina de oro para recicladores

Juan Carlos Machorro Los residuos de las casas o de las industrias son considerados por muchos como basura, pero la realidad es que tienen un valor y un potencial enorme para el desarrollo social y económico de muchas comunidades. Los materiales, al ser introducidos en procesos de reciclaje y reconversión, vuelven a ser útiles en … Leer más

Juan Carlos Machorro

Los residuos de las casas o de las industrias son considerados por muchos como basura, pero la realidad es que tienen un valor y un potencial enorme para el desarrollo social y económico de muchas comunidades. Los materiales, al ser introducidos en procesos de reciclaje y reconversión, vuelven a ser útiles en la cadena de producción y consumo, por lo que la “basura” que genera los mexicanos día a día tiene un alto valor al ser clasificado y acopiado de forma correcta, indicó Sabo Tercero, integrante de la campaña Vida Circular.

Se estima, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), que cada hogar genera diariamente residuos por un valor cercano a los cuatro pesos (20 centavos de dólar), lo que a simple vista puede parecer poco, pero multiplicado por todos los millones de habitantes que hay en las grandes urbes, suma cantidades por más de 35 millones de pesos (1.75 millones de dólares) únicamente en la Ciudad de México. De esta forma, la “basura” generada en esta ciudad tendría un valor de más de 13 mil millones de pesos (650 millones de dólares) al año.

Si bien no todos los residuos pueden volver a ser aprovechados, como los desechos orgánicos, materiales mezclados o mal clasificados, la mayor parte de lo que se genera en los hogares sí puede reciclarse, como el cartón, vidrio y sobre todo el plástico. “El plástico, al ser un material ligero, compacto y altamente reciclable bajo los contextos adecuados, adquiere un valor clave para el desarrollo económico que deriva del aprovechamiento de materiales post consumo” comentó el experto en Innovación para el Desarrollo Sustentable. 

Indicó que “es aquí donde entran los recicladores, transformadores y pepenadores, actores que juegan un papel muy importante en la cadena de recolección.  Son ellos quienes, en ocasiones de forma independiente o a través de alianzas con empresas dedicadas al reciclaje, recolectan los residuos plásticos generados en las grandes ciudades”.

En México se generan  un total de 120 mil 128 toneladas, de acuerdo con la radiografía sobre la Gestión Integral de los Residuos 2020 elaborado por la Secretaría de Medio Ambiente federal (Semarnat); de los cuales el 31.56% son susceptibles de aprovechamiento (cartón, lata, papel, PET, vidrio, plástico rígido y de película, poliestireno extendido y poliuretano), el 46.42% son orgánicos y un 22.03% corresponden a otros tipo de residuos.

A diferencia del cartón, que se desgasta rápidamente por las condiciones climáticas, o el vidrio, que tiene un mayor peso y en consecuencia requiere mayores tiempos de traslado, el plástico puede ser recolectado de forma mucho más eficiente por las fuentes de acopio. “Como sociedad, debemos valorar la labor de los recicladores, transformadores y pepenadores en el día a día, puesto que, sin ellos, el proceso de reciclaje no existiría” agregó.

Un ejemplo del valor de la “basura” se puede ver en Toluca, Estado de México, donde se ubica la Industria Mexicana de Reciclaje (IMER), primera planta de reciclaje botella a botella de América Latina y que es una empresa conjunta entre Alpla México, Coca-Cola México y Coca-Cola Femsa. Ahí, cada día se reciben cerca de 41,500 toneladas de PET provenientes de la zona centro de México, para su limpieza, procesamiento y conversión en material para hacer nuevas botellas de plástico.

Al respecto Jorge Arizmendi, Director de Residuos Expo, señaló que cada vez es mayor el número de empresas comprometidas con la correcta gestión de sus residuos, pues representa múltiples beneficios como mejorar su reputación con clientes, trabajadores, accionistas y sociedad al contribuir al cuidado del medio ambiente, favorecer su sostenibilidad y competitividad, ya que muchos de esos materiales podrían ser reincorporados a sus procesos disminuyendo costos.

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