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Para enfrentar la crisis es importante remarcar actividades esenciales y no esenciales

Proteger salarios será central para evitar una pandemia de pobreza y para apuntalar el consumo, uno de los motores para la reactivación de la economía Ante el escenario de una eventual y paulatina reanudación de actividades, es importante comprender y aproximarse al peso de los subsectores económicos en que el Consejo de Salubridad General clasificó … Leer más

Proteger salarios será central para evitar una pandemia de pobreza y para apuntalar el consumo, uno de los motores para la reactivación de la economía

Ante el escenario de una eventual y paulatina reanudación de actividades, es importante comprender y aproximarse al peso de los subsectores económicos en que el Consejo de Salubridad General clasificó las actividades económicas al tomar la decisión de suspender actividades desde el 30 de marzo al 30 de abril (plazo que se extendió al 30 de mayo), con la finalidad evitar la propagación del virus SARS-CoV-2 que genera la enfermedad de COVID-19.

Al participar en la videoconferencia sobre la Situación y perspectivas del mercado de trabajo frente a la crisis de la economía mexicana, convocada por el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Andrés Peñaloza Méndez, presidente de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, señaló que para diagnosticar de mejor manera la extensión y profundidad de la crisis y apreciar las medidas de mitigación propuestas por el Estado y el sector privado para enfrentar la crisis es pertinente reparar en el peso de las actividades esenciales y no esenciales.

Por lo cual se dividen las actividades esenciales y no esenciales para poder comprender mejor el escenario.

Las actividades NO esenciales son:

  • Aquellas que involucran congregación o movilidad de personas: obras de construcción, fábricas no relacionadas con servicios esenciales, así como centros nocturnos, bares, discotecas, restaurantes, instalaciones culturales, de ocio, recintos deportivos, parques de atracciones, parques infantiles, iglesias, cines, plazas comerciales, entre otras.

Las actividades consideradas esenciales son:

  • Las que de manera directa son necesarias para atender la emergencia sanitaria: la rama médica, paramédica, administrativa y de apoyo en todo el sector salud, público y privado. Las que participan en su abasto, servicios y proveeduría, entre las que destacan el sector farmacéutico, tanto en su producción como en su distribución; la manufactura de insumos, equipamiento médico y tecnologías para la atención de la salud, así como los involucrados en la adecuada disposición de los residuos peligrosos biológicos-infecciosos (RPBI), la limpieza y sanitización.
  • Las involucradas en la seguridad pública; en la defensa de la soberanía nacional; la procuración e impartición de justicia y la actividad legislativa.
  • Los sectores esenciales para la economía: financieros, el de recaudación tributaria, distribución y venta de energéticos, gasolineras y gas, generación y distribución de agua potable; alimentos y bebidas no alcohólicas, mercados de alimentos, supermercados, tiendas de autoservicio, abarrotes y venta de alimentos preparados; transportes de pasajeros y carga; producción agrícola, pesquera y pecuaria, agroindustria, química, productos de limpieza; ferreterías, mensajería, guardias en labores de seguridad privada; guarderías y estancias infantiles, asilos y estancias para personas de la tercera edad, refugios y centros de atención a mujeres víctimas de violencia; telecomunicaciones y medios de información, servicios privados de emergencia, servicios funerarios y de inhumación, almacenamiento y cadena de frío de insumos, logística (aeropuertos, puertos y ferrocarriles), entre otras.
  • La operación de los programas sociales del gobierno.
  • La conservación y mantenimiento de infraestructura crítica: agua potable, energía eléctrica, gas, petróleo, gasolina, turbosina, saneamiento básico, transporte público, infraestructura hospitalaria y médica de primer nivel, entre otros más que pudieran ser definidas bajo esta categoría.

PIB en actividades esenciales

De acuerdo con datos del Sistema de Cuentas Nacionales, el Producto Interno Bruto (PIB) de México, en 2019, fue de 17.71 billones de pesos a precios del 2013. De este universo 63% se encuentra en sectores que son clasificados como esenciales.

Sin embargo, dentro de los que se consideran no esenciales hay algunos que no detuvieron actividades, sino que migraron a un esquema de trabajo a distancia como el educativo o el de corporativos, o se les permitió mantener actividades por ser parte de los programas prioritarios del Gobierno de México.

Algunos considerados esenciales se verán afectados por las medidas de distanciamiento social.

Es importante mencionar que estos cálculos son una aproximación, ya que la declaratoria de actividades esenciales no es completamente compatible con la clasificación del Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte (SCIAN).

Fuente: Cálculos Conasami con base en el Sistema de Cuentas Nacionales del INEGI

Desde el punto de vista laboral, de acuerdo con la información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) para el cuarto trimestre de 2019, se estima la participación de la población ocupada en actividades esenciales y no esenciales.

Del total de las 55 millones 683 mil 450 personas de la población ocupada 49.7%, trabaja en actividades esenciales y 50.3% en actividades no esenciales.

Clasificación de actividades esenciales y no esenciales

En actividades esenciales 66.3% son hombres y 44.62% tiene entre 30 a 49 años. Mientras que en las no esenciales la relación es diferente: 54.6% y 46.05%, respectivamente.

El paro de la actividad económica afectará más a las mujeres, por lo que la brecha de género podría aumentar, ya que la proporción de mujeres (45.4%) en actividades no esenciales es superior a  que la que tienen en las actividades esenciales (33.68%). Respecto al grupo de la tercera edad, su participación es mayor en el caso de las actividades esenciales.

Acerca de las características laborales, más de 66% de las personas ocupadas tanto en actividades esenciales como no esenciales son subordinadas y remuneradas, aunque es mayor la proporción en el caso de las actividades no esenciales.

Existe una más alta proporción de personas ocupadas en el sector informal en las actividades no esenciales. Pudiera esperarse, incluso, una participación más amplia del sector formal en las actividades esenciales, sin embargo, en actividades asociadas al cultivo, producción y comercio de alimentos prevalece una alta participación laboral del sector informal.

Por sector de actividad económica, en ambos tipos de actividad predomina el sector terciario.

actividad ocupada

Ingresos

Los ingresos son más altos en el caso de las personas con actividades esenciales toda vez que el promedio de sus ingresos mensuales es 6.77% superior, además de que 4.2% de las personas ocupadas perciben más de 5 salarios mínimos, en contraste con el 3.0% de las personas en actividades no esenciales.

población ocupada

Luego del repaso realizado queda claro que la economía no está paralizada del todo, por lo que las medidas de emergencia, transitorias todas ellas, deben tener tiempos razonables de ejecución y término.

La suspensión de actividades implica problemas de liquidez y de oferta. En ambos casos la reactivación será paulatina, lo que permitirá aminorar presiones inflacionarias innecesarias. Además, en el corto plazo difícilmente la dinámica económica tendrá un comportamiento explosivo debido a reformulaciones espaciales, organizacionales y de observancia de protocolos vinculados a la seguridad y salud en el trabajo al interior de las empresas, ramas y sectores.

Particularmente, nos interesa destacar que los niveles salariales, al igual que el empleo, han de retomar su cauce dejando atrás las reducciones en las remuneraciones, que van de 30 a 50% y no siempre pactadas entre patrones y trabajadores; así como, los despidos injustificados.

Informan en el comunicado que intentar volver a la política de bajos salarios es lo más desaconsejable para enfrentar la crisis ya que provocaría una pandemia de pobreza además de restringir el consumo, uno de los motores para la reactivación de la economía, en consecuencia, continuar con la recuperación del poder adquisitivo de los salarios mínimos será central para convertir esta crisis en una oportunidad de crecimiento con bienestar.

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