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Blanca Guerra pide fortalecer producción fílmica nacional

La actriz recibió el Mayahuel de Plata en el FICG y reconoce un avance en la igualdad de género pero asegura que aún falta mucho por lograr La actriz mexicana Blanca Guerra, que suma más de cuatro décadas de trayectoria en los escenarios, pidió fortalecer e incrementar la producción de películas nacionales. Al recibir el … Leer más

La actriz recibió el Mayahuel de Plata en el FICG y reconoce un avance en la igualdad de género pero asegura que aún falta mucho por lograr

La actriz mexicana Blanca Guerra, que suma más de cuatro décadas de trayectoria en los escenarios, pidió fortalecer e incrementar la producción de películas nacionales.

Al recibir el Mayahuel de Plata, durante la inauguración de la 34 edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) en el Auditorio Telmex, recordó cuando fue presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC).

Dijo que quienes han sido presidentes siempre hablan de la inequidad y competencia desleal del cine mexicano y el estadunidense, pero las cosas siguen igual, salvo dos o tres películas al año que son éxitos en taquilla.

“No olvidemos que el cine, además de ser una manifestación artística y cultural, es una fuente de trabajo para cientos de familias. Espero que con una eventual nueva ley cinematográfica, que por ahora se está elaborando en la AMACC, se puedan sentar de nuevo las bases para un buen desarrollo de nuestra industria”.

Guerra se pronunció porque la oferta cinematográfica se consuma de una mejor manera, que logre la recuperación en taquilla para que no solo se recorten los presupuestos sino que se incrementen.

“Que rescatemos salas que se perdieron para exhibir nuestro cine, que se multipliquen las cinetecas en toda la República. Esos son los cambios que todavía espero ver y eso dependerá de nosotros, de la comunidad cultural de México. Que ello se haga realidad, defendamos nuestro cine, hagámoslo más fuerte, diverso y mejor”.

La actriz destacó que significa un honor haber sido considerada por los organizadores para este reconocimiento, debido a que ella vio nacer el festival hace 34 años.

Al hacer un recorrido por su trayectoria artística, recordó que el cine no estaba entre sus planes. Ella cursaba la carrera de teatro en la Facultad de Filosofía de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) y continuó con sus estudios de actuación en el CUT (Centro Universitario de Teatro).

“Mi pasión por el teatro era muy grande, lo único que me interesaba era estar en escena a lo largo de mi vida. Creíamos incluso, porque flotaba en el ambiente de aquellos años, que podíamos cambiar el mundo a través del teatro”.

Sin embargo, el cine llegó a su vida al contestar el teléfono y percatarse que del otro lado de la línea estaba Luz María Rojas, productora de la película “El hombre de la media Luna”, una versión de Pedro Páramo dirigiría José Bolaños.

Le ofrecieron el papel de “Dolores Preciado” y ella respondió que no porque tenía el compromiso de ir a Yugoslavia a un festival de teatro.

El retraso en la filmación le permitió debutar en la película de Bolaños, quien la había visto actuar en la obra “Santa”, de ahí que el teatro, dice, le abrió las puertas al cine.

En aquel entonces, platicó, el sistema de producción era financiado por el Banco Cinematográfico y todavía le tocó participar en algunas producciones poco antes de que éste desapareciera, y lo hizo en: “El complot mongol”, dirigida por Antonio Eceiza; “La trampa”, de Raúl Araiza; “Mojado power”, de Alfonso Arau y “Estas ruinas que ves”, de Julián Pastor.

En 1982 se creó RTC (Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía) con Margarita López Portillo como directora.

“Ella terminó con la posibilidad de financiar el buen cine que producía el Estado, al liquidar el Banco Cinematográfico. “No solo eso, persiguió cineastas y los encarceló con cargos que nunca pudieron ser probados.

“Apoyó las grandes producciones, pero con directores extranjeros y en las cuales se gastaron sumas desorbitantes. Priorizó el cine comercial inclinando el péndulo hacia los productores del sector privado y por imprevisión y negligencia, se destruyó en un incendio la Cineteca Nacional”.

Blanca Guerra señaló que la producción del Estado bajó de 46 películas, en 1978, hasta llegar a una sola en 1981. En tanto, el sector privado aumentó su producción de 66 filmes en 1978 a 73 en el siguiente año, y así hasta llegar a 90 películas en 1981.

En esos años, ella filmaba ‘Perro callejero’, parte 1 y 2. Con la segunda le otorgaron el premio Ariel como la Mejor Actriz (1981).

También filmó al lado de Vicente Fernández y los títulos “El misterio de la cripta embrujada” en España con José Sacristán; “Nocaut”, de José Luis García Agraz; “Motel”, de Luis Mandoki; “El imperio de la fortuna”, de Arturo Risptein, y “Santa sangre”, de Alejandro Jodorowsky”.

“Por una visión estrecha se han producido grandes pérdidas de infraestructura en este país. En los años 90, el gobierno vendió la Compañía Operadora de Teatros y la Distribuidora de Películas Mexicanas en Iberoamérica Telmex. Se remataron 350 salas de cine en toda la República y a muy bajo costo. Terminaron como centros comerciales”.

Lamentó que al ver pasar ese “desmantelamiento” la comunidad cinematográfica no pudo o no quiso reaccionar a tiempo.

“Lo dijo Víctor Ugalde, pues lo que se perdió con la desaparición de estas salas, no solo fue su arquitectura, sino el concepto de cine popular con las subidas de precios en los complejos de salas cinematográficas privadas, dejando marginados de ese esparcimiento a muchos mexicanos”.

En 1993 se firmó el Tratado de Libre Comercio (TLC) y el cine fue cuadrado como una industria más.

“Hasta donde recuerdo, nadie de la comunidad cinematográfica y cultural exigió la excepción cultural para nuestro cine. Entonces, se multiplicó la presencia del cine estadunidense en nuestras pantallas, desplazando en buena medida a la producción nacional”.

La comunidad reaccionó y lanzó una iniciativa para la aprobación de una ley cinematográfica, en 1999, que perseguía tres importantes objetivos: defender el tiempo de pantalla para la producción nacional, evitar el doblaje de las películas y destinar un peso por cada boleto en la taquilla para formar un fondo para la producción.

“Se aprobó la ley, pero no se le respetó. Esta ley nació muerta, como dijo María Rojo. Los exhibidores no estuvieron de acuerdo con aportar el peso de la taquilla y se ampararon. Llevaron el asunto hasta la Suprema Corte de Justicia y ésta falló en su favor. A partir de ese momento, se deterioró la relación de los cineastas con los exhibidores”.

Mencionó que durante la administración del presidente Ernesto Zedillo, para tranquilizar las cosas y en apoyo a la incipiente industria cinematográfica, se crearon los fondos para la producción: Fidecine y Foprocine.

“Estos estímulos no se activaron sino hasta la administración del presidente Vicente Fox. Con ellos se logró incrementar la producción, el cine de autor y ofrecer más atención a la realización de documentales y un apoyo a proyectos comerciales de calidad”.

En 2005, gracias a los esfuerzos de Alfredo Joskowicz, Víctor Ugalde, María Rojo, Mónica Lozano, Inna Payán, Javiero Corral, entre otros, se aprueba el estímulo fiscal para la producción cinematográfica Fidecine.

“Con él se logró un significativo incremento en el número de películas cada año; sin embargo, aún no logramos que nuestro cine se distribuya y exhiba de manera eficiente porque un número importante de películas jamás se programa en los cines”.

Blanca Guerra también aprovechó el micrófono para pronunciarse en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Comentó que las mujeres han avanzado, pues bastaría ver la matrícula universitaria, la presencia en la vida pública y los millones de mujeres que ejercen con libertad su sexualidad.

“Hemos puesto en el centro muchas de nuestras exigencias y reivindicaciones, pero falta mucho por lograr como la plena igualdad en el mundo del trabajo, combatir la violencia de género, hacer entender que nuestro cuerpo es de nosotras y de nadie más.

“También hay que romper con estereotipos paralizantes y discriminatorios. Hay que reconocer los avances, pero no darnos por satisfechas, hay mucho por hacer. Sí a las instancias infantiles, a la casa de refugio para las mujeres maltratadas, castigo a los victimarios de los feminicidios, ni una más”, concluyó.

Notimex / CEPL

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