En un escenario de elevada inflación, tanto al interior como en EUA, la política monetaria seguida por BANXICO ha seguido una política restrictiva, con elevación de tasas de interés para reducir la inflación; y lo ha hecho con alineación a la política de elevación de tasas por la FED; de tal manera que el mantener un rango amplio de diferencial entre las tasas domésticas y las norteamericanas ha permitido favorecer a la inversión de cartera, lo que tiene como resultado un efecto de apreciación en el tipo de cambio en presencia de un tipo de cambio flexible como el nuestro.
Puedes consultar: Una golondrina no hace verano. Parte 1
El dato no tan alentador es que la perspectiva es de un crecimiento mucho menor para los 2 años que siguen, derivado precisamente de las políticas monetarias restrictivas orientadas a la contención inflacionaria. Con el riesgo de que los EUA se vea muy afectada y caigan en recesión y trasladen su afectación a México por la vía del comercio internacional a través de una reducción de sus importaciones.
Además, un punto importante es que a pesar del dato en el crecimiento, este no se ve reflejado en la tasa de desempleo, que sigue siendo alta, y menos aún en el incremento de la informalidad, que sigue su paso.
Derivado de lo descrito en estas dos entregas, podemos decir que, en el caso de la apreciación del peso frente al dólar americano “no hace verano” ni resuelve la problemática de fondo en que está la economía mexicana: aumento de la pobreza, crecimiento pírrico e inflación.