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México es fuerte y valiente, el deporte lo ha demostrado

Foto: Mexsport. México es fuerte y valiente, el deporte lo ha demostrado
Foto: Mexsport. México es fuerte y valiente, el deporte lo ha demostrado

En momento de más apremio, el mexicano saca su mejor versión para sobreponerse a la adversidad. La historia nos lo ha enseñado en diferentes disciplinas, como el futbol, boxeo y beisbol Francisco Pérez El mundo es un lugar muy diferente al que recordamos al inicio de este caótico año. La noticias negativas vienen y por … Leer más

En momento de más apremio, el mexicano saca su mejor versión para sobreponerse a la adversidad. La historia nos lo ha enseñado en diferentes disciplinas, como el futbol, boxeo y beisbol

Francisco Pérez

El mundo es un lugar muy diferente al que recordamos al inicio de este caótico año. La noticias negativas vienen y por el flujo de las redes sociales. México se debate entre el miedo y un hilo de extraña esperanza.

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Todo parece indicar que vienen las horas más difíciles de la crisis, pero es justo en ese punto en el que los mexicanos somos los mejores. Una extraña capacidad sobrenatural de resiliencia nos ilumina en las horas más oscuras y damos la vuelta a la situación más compleja.

El deporte no está exento de este fenómeno. De hecho, es un escenario donde solemos potencializar esto. La prueba está en los gloriosos momentos en que hemos salido avantes de situaciones en las que nos dieron por ‘muertos’ desde un inicio.

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EL MILAGRO DE MOSCÚ

Pocas personas en el mundo creían que México sería capaz de derrotar al entonces campeón del mundo, Alemania, en el inicio de Rusia 2018. Cuando meses antes nos enteramos de que nuestro rival era la ‘todopoderosa’ selección bávara, un alto porcentaje de especialistas y analistas dieron por perdido el partido.

El seleccionado mexicano aseguraba que la victoria era posible, pero complicada. Los más positivos predecían un empate, pero prácticamente en ningún caso se proyectaba una victoria contra los que levantaron la Copa del Mundo en Brasil 2014. Ahí en la total incredulidad, en el milagroso Luzhniki de Moscú, la Selección Mexicana de Futbol fue capaz de derrotar a Alemania en un partido de Mundial.

El mundo entero se rindió por unas horas a la Selección de Juan Carlos Osorio. ¿Milagroso? Probablemente, pero para eso somos expertos.

EL CAMPEÓN MEXICANO

Un mexicano que rompió mandíbulas y la lógica con peleas épicas fue Julio César Chávez, el mejor boxeador que ha dado México. Hablar de Julio es hablar del momento en que fuimos los mejores en algo. Es una de las grandes leyendas de deporte y un referente para todo aquel que quiera saber de boxeo en el mundo.

Uno de sus momentos cumbres ocurrió el 17 de marzo de 1990. En aquel día, Chávez se enfrentó a Meldrick Taylor, un oro olímpico, joven que llegó con más de 90 victorias y solo cuatro derrotas en el amateurismo. En su momento, se llegó a decir que era el sucesor de Sugar Ray Leonard.

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El combate fue boxeo puro. Julio fue exigido al máximo por un joven que llegaba en su mejor momento; la única forma de salir con la victoria era mandándolo a la lona. En el último episodio, el estadounidense inició con los brazos arriba en claro gesto de soberbia; sentía la victoria. ¿Cuál fue la respuesta de Julio?

El mexicano tenía una sola ‘bala’, un solo intento para ganar, no había de otra, era algo milagroso y, a solo 14 segundos de terminar la pelea, la mano izquierda del campeón mexicano se impactó en la cara de Taylor. El resto es historia: Chávez derrotó los pronósticos y a todos los que lo daban por perdido. Hoy en día, el mundo del boxeo reconoce el estilo de pelea mexicano como patrimonio de ese deporte.

¡SÍ SE PUEDE!

La Serie Mundial de Pequeñas Ligas nunca olvidará a dos generaciones de niños mexicanos que contra todos los pronósticos se coronaron en el deporte de los estadounidenses por tradición. 1957 y 1997 fueron los años en que los seleccionados mexicanos infantiles le plantaron cara a los bien formados equipos de Estados Unidos y salieron avantes en partidos milagrosos que quedan en la memoria colectiva de los fanáticos de beisbol.

El recuerdo de aquel partido estaría incompleto sin el famoso grito de “¡Sí se puede!”, que nació espontáneamente de las tribunas de Williamsport. Lo que ocurrió aquel verano fue sencillamente magia pura. En la última entrada, el seleccionado mexicano (regiomontano) perdía por 4-1, parecía que el partido estaba sentenciado y los estadounidenses controlaban la pelota.

Llegó el momento para Gabriel Álvarez, uno de los ‘niños héroes’ de aquella tarde. Conectó un cuadrangular de tres carreras con el que se empató el partido. Locura y felicidad en la afición mexicana. “¡Sí se puede! ¡Sí se puede!”, gritaban los mexicanos.

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Fue el turno de Pablo Torres, pícher que ayudó a sacar del apuro a los mexicanos desde la ‘lomita’; en su turno al bat se metió a segunda base y se preparaba el milagro. Para culminar la obra, Javier Isla partió el diamante con un seco batazo que llegó a las tablas y Pablo Torres entró por ‘home’ para darle la victoria a México sobre Estados Unidos.

Otro milagro mexicano. El deporte es un espejo de la sociedad, una ‘anestesia’ donde configuramos nuestros más profundos sentimientos de dolor y de alegría. Ahí nos hemos hecho grandes en momentos de apremio.

Ahí hemos aprendido a sortear las más duras pruebas. Sí se pudo en Moscú, en Las Vegas y en Williamsport y también se puede en este 2020.

AMIP.

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