El Super Bowl o la final de Champions son los eventos anuales más importantes en deportes. Este fin de semana fue el que para muchos es el más importante del golf, ya que no existe mayor honor y premio para un golfista que el recibir en abril un saco verde.
Bobby Jones, el mejor golfista amateur de la historia, en 1930 completó lo que entonces era el Grand Slam, ganó el US Open, el US Amateur, el Open Championship y el British Amateur, algo que nadie más ha hecho. Ese mismo año comenzó a trabajar en su mayor proyecto: la mítica cancha de Augusta National, donde desde 1934 se disputa el Masters.
The Masters Tournament es el único de los cuatro grandes del golf que se juega en la misma cancha cada año y es uno de los campos con más retos que pueda enfrentar un golfista; para asistir se necesita ganarse uno de los limitados lugares a Augusta.
Para cualquier jugador el objetivo es ganar, dejando de lado el dinero; se busca el prestigio de tener una de las prendas más representativas en el deporte, un saco verde con el logo del torneo, una membresía honorífica vitalicia del club y el pertenecer a una lista que incluye, entre otros, los ilustres nombres de Nicklaus, Woods, Palmer, Player, Snead, Hogan y Ballesteros.
Las tradiciones son importantes en Augusta, los sacos son del mismo tono de verde, solo puede salir del club si eres el campeón defensor y solo los socios y los ganadores pueden tener uno; cuando el campeón regresa al año siguiente, dejará su saco en un casillero especial, donde se quedará y podrá ponérselo en cualquier ocasión que regrese a Augusta.
Como cada año, Jack Nicklaus y Gary Player hicieron el tiro de salida, Tiger Woods regresó al Masters tres años después, los nuevos talentos del PGA fueron los protagonistas y Patrick Reed, el ganador, en un torneo espectacular en el que superó a Ricky Fowler por un golpe.
Reed tendrá el saco por un año, lo que haga con él es cosa suya, ya sea llevarlo de fiesta –esperando que no pierda un botón como Adam Scott–, usarlo para dormir y tenerlo cerca como Tiger, o bien portarlo en un evento especial, como Sergio García, campeón de 2017, que lo usó en su boda. Sin dudas, todo jugador y aficionado sueña con alguna vez estar cerca de un saco verde, aunque fuera uno prestado.
@FerCasarez
Periodista, apasionado del deporte, con experiencia en España y Austria, así como tres finales de Champions. Ha sido dos veces ganador del concurso ‘Fan of the Year’, de la UEFA, y realizado coberturas de basquetbol, golf y ciclismo.