Históricamente, diferentes Gobiernos tomaron directamente en sus manos la pobreza. En 1795, en Inglaterra se decidió dar un subsidio a los pobres proveyendo un apoyo para comprar pan, según el número personas que integraran una familia. Esto debido a la mala cosecha de aquella época y para enfrentar el desempleo masivo que comenzaba a generarse a partir de la industrialización.
Si bien no hay datos exactos, el resultado fue que las personas tenían un incentivo para tener mas hijos y recibir más subsidios, lo cual empeoró el desempleo.
En Estados Unidos, durante la presidencia de Nixon, un grupo de mil 200 economistas exigieron para todos los ciudadanos ingresos para estar arriba del nivel oficial de pobreza. Nixon casi lo aprueba, equivalente a unos 12 mil dólares anuales por familia de cuatro personas. Antes de aprobarlo revisaron si las personas trabajarían menos, si les alcanzaría el presupuesto y si era políticamente viable. Los resultados en aquel momento no parecían favorables. Sin embargo, ahora se descubre que estas horas “no trabajadas” estaban siendo sustituidas por búsqueda de mejores trabajos, capacitación, y trabajos domésticos.
Entrando a la era del desempleo masivo, un estudio de la Universidad de Oxford prevé que en EUA están en riesgo casi la mitad de los empleos en las siguientes dos décadas debido a la automatización. Varios países comienzan a pilotear diferentes programas de subsidios.
El año pasado, Holanda comenzó un programa que elegía a personas al azar para recibir subsidios complementarios al sueldo. En Ontario inició un proyecto de tres años para personas que recibirán 17 mil dólares canadienses anuales. En Francia se pretende otorgar 600 euros mensuales a mayores de 18 para sostenerlos durante la búsqueda de empleo. Finlandia prueba un modelo para 2 mil personas desempleadas. Kenia ofrece 22 dólares al mes por persona y es uno de los programas más antiguos. Aquí se demuestra que la mayoría lo usan para cubrir desnutrición, salud y educación, aunque hubo quienes sí lo usaron para vicios. Se espera que tengan un efecto directo sobre la creciente población mundial en situación de calle.