Según cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la contaminación del aire se convertirá en la principal causa ambiental de mortalidad prematura en el mundo.
Se calcula que hacia 2050, el número de muertes prematuras derivadas de la exposición a partículas suspendidas aumentará más del doble y alcanzará 3.6 millones al año en el planeta; además de que 92 por ciento de la población mundial está expuesta a niveles de contaminación que superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El tráfico vehicular es la principal causa de la contaminación en las zonas urbanas con una contribución superior a 75 por ciento, pero también existen otras fuentes de contaminación, como pueden ser las emisiones al consumo de energía en los edificios, la generación de electricidad o los residuos industriales y urbanos.
¿Qué es la fotocatálisis aplicada a los materiales de construcción? La fotocatálisis parte del principio natural de descontaminación de la propia naturaleza. Al igual que la fotosíntesis, gracias a la luz solar, es capaz de eliminar CO2 para generar materia orgánica, por lo que elimina otros contaminantes habituales en la atmósfera, como son los óxidos de nitrógeno (NOx) producidos por los vehículos, la industria y la producción de energía.
La aplicación del fotocatalizador (dióxido de titanio) a los materiales utilizados en la construcción transforma el óxido de nitrógeno contaminante en sólidos que posteriormente son arrastrados por el agua de lluvia, mejorando la calidad del aire que respiramos.
Se estima que la aplicación de la fotocatálisis a los materiales de construcción desde pinturas hasta revestimientos exteriores en fachadas, suelos o mobiliarios urbanos, puede contribuir en la destrucción de hasta 89 por ciento de los NOx donde se instalen.
Las aplicaciones son múltiples y el campo para investigar nuevas posibilidades también es amplio. El reto es transmitir que se trata de una tecnología accesible que aporta numerosos beneficios a la población