El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció la creación del Petro, una criptomoneda para derrotar el bloqueo financiero y avanzar en nuevas formas de financiamiento internacional, para darles un respiro a sus maltratadas finanzas; producto de una pésima gestión que lleva a su moneda en caída libre por la inflación y una política monetaria deficiente.
El Petro, contrario a otras criptomonedas como el bitcoin o el ether, sí tendrá un respaldo físico: las reservas nacionales de oro, petróleo, gas y diamantes.
Lo cierto es que la situación de la economía de Venezuela no es la mejor, y lo peor es que arrastra en su caída a Colombia y a otros países fronterizos, los cuales están viendo cómo sus economías se ven maltratadas.
En noviembre, algunas agencias como Standard & Poor’s y Fitch declararon al país en un “cese de pago parcial selectivo”, después de que no cumplió con ciertos pagos.
A lo anterior se suma que es probable que la inflación al final del año será de 652 por ciento, según los cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
¿Es el Petro la última panacea para sacar a Venezuela de su crisis?
La respuesta es que podría ser, pero hay un serio inconveniente; la situación económica que vive el país no es la mejor, al punto que se ha llegado a decir que el respaldo que se ofrece está a disposición de otras manos y no pertenece, por lo tanto, al país, lo que le resta fiabilidad y transparencia al proyecto.
Hay otra pregunta. ¿Están los socios de Venezuela listos a utilizar la moneda para ayudar a sacarla de la situación en que se encuentra y motivar a inversores enamorados de las criptomonedas para que le den el impulso que requiere?
Frente a la poca fiabilidad que inspira el Gobierno de Nicolás Maduro, se ha señalado la posibilidad de que Venezuela ponga los recursos en manos de un garante que avale que, ante un cese de pago, las materias primas vayan a las manos de los acreedores.
Pero se someterá el presidente de Venezuela a esa humillación con el único propósito de acabar con el bloqueo y evitar una crisis de mayores ribetes.