Es posible que la manzana que acabas de consumir su grado alimenticio haya disminuido, por el proceso de conservación a la cual se sujetó la fruta al traerla de Chihuahua, Durango, Puebla o, en otros casos, desde Estados Unidos.
Este problema de conservación se repite en todo el mundo y es tan importante porque algunas ciudades en el mundo ni siquiera aspiran a tener ese fruto en su dieta por la distancia que implica su transportación.
Si a esto le sumas un estudio de la Sagarpa en el cual detalla que en México vive casi la cuarta parte de la población en el campo, es decir; 25 millones de personas y de ellas, la mitad no desea dedicarse a la agricultura.
Entonces, ¿cómo asegurar que en los próximos años podamos seguir disfrutando del fruto o vegetal que nos gusta?
En la era del internet, ¿existe alguna forma de llevar estos alimentos a lugares tan distantes, donde el clima o tipo de suelo no favorecen su cultivo?
¿Es posible cambiar el actual sistema alimentario en México y el mundo, ante el desinterés de las nuevas generaciones en el campo?
Caleb Harpe, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, ya trabaja en una solución, y su propuesta no solo cambiaría el sistema alimentario, sino fomentaría cultivar semillas de frutos y verduras que actualmente se consideran extintos.
Este proyecto se llama Agricultura Abierta (OpenAG) y lo integra un grupo de ingenieros, arquitectos y científicos en el MIT.
A través de una computadora, un ‘software’ con información agrícola y una potente base de datos conectada a internet, una “red social de huertos” es la esperanza para el futuro de la agricultura en el mundo, pues cada cultivo computarizado tendrá un perfil -fanpage- y este compartirá información con otros huertos “amigos” para aprender y activar el mejor rendimiento de crecimiento y grado alimenticio para ti.
El resultado podría ser que estas computadoras de alimentos a través de un panel de control te produzcan la fruta o vegetal que tú deseas.
¿Realidad o ficción?