Los investigadores de la Inteligencia Artificial (AI) han dicho que las máquinas llegarán a nuestra sociedad para realizar trabajos pesados o de baja categoría, y que los humanos no debemos preocuparnos. ¿Les creemos?
También dicen que estas máquinas crearán nuevos empleos, así que quienes pierdan su empleo por el reemplazo de una máquina, pronto obtendrán uno nuevo. Aquí me detendré un momento para la reflexión.
En Japón tomaron de referencia el examen de admisión a la Universidad de Tokio (Todai) para analizar el desempeño de la inteligencia artificial y la del humano; medio millón de estudiantes realizan un examen tipo ‘test’ para pasar a la segunda ronda. Menos de 3 por ciento de ellos lo harán suficientemente para la segunda parte, un examen escrito. Estas dos etapas concentran un especial conocimiento en el proyecto de inteligencia artificial, pues ahí es posible medir experiencias aprendidas en el estudiante a través de la educación.
La investigación ocupa los reflectores mundiales, pues se trata de uno de los proyectos de inteligencia artificial más ambiciosos de Japón en el tema educativo, pues actualmente ya destaca en un 20 por ciento de los mejores estudiantes aprobados en la Universidad de Tokio, una de las más prestigiosas del mundo.
Este proyecto y su creciente éxito ya levantaron serias interrogantes en el país nipón, y una de ellas es el futuro de la educación humana y, desde luego, los trabajos que desempeñarán las máquinas y los humanos.
¿Qué le falta al proyecto de inteligencia artificial? Razonamiento humano, pues actualmente el robot es capaz de realizar un ensayo sobre el comercio marítimo del siglo XVII, pero no entiende ni una pizca de ello.
¿Cómo podemos decirles a las nuevas generaciones de estudiantes que deben destacar en tareas que los humanos siempre harán mejor que la AI? Conociendo cuáles son esas áreas y cambiar las prioridades educativas.
Parece una reflexión sacada de alguna página de Isaac Asimov, pero en Japón, a 11 mil kilómetros de distancia, ya están buscando respuestas a estas y otras interrogantes.
¿Será posible que un robot apruebe un examen de admisión en Harvard, MIT, Stanford, Cambridge, Oxford o UNAM? Noriko Arai, de 54 años y directora del Todai Robot Project, trabaja en un sí rotundo.