Los impuestos son imprescindibles para una sociedad y su gobierno. Sin contribuciones, no tendríamos servicios de seguridad pública, vialidades en buen estado, servicios de salud ni escuelas de alta calidad. En varios países, la teoría es acorde con la realidad. En México, no.
Ni en Suecia, ni en Alemania, ni en México nos gusta pagar impuestos, pero la diferencia es que allá las contribuciones están reflejadas en la vida diaria y por un fin común.
Sin entrar en detalles, la reforma fiscal del presidente Peña de 2013 tuvo como objetivo captar más recursos a través del aumento de impuestos. Cinco años después, podemos confirmar que fue una reforma sin perspectiva social y enteramente recaudatoria, lo cual es una peligrosa práctica que empiezan a utilizar varios gobiernos del país.
Comprar una casa en Querétaro representa una afectación económica para los interesados debido a que tenemos el impuesto sobre traslado de dominio más alto de México (alrededor del 4 % sobre el valor del inmueble).
Los políticos de Querétaro se han pronunciado en favor de mantener las mismas tasas para 2018, aunque no exista un argumento válido para cobrar tasas tan altas. Sabemos que alrededor de 30 mil personas vendrán a vivir a Querétaro en los próximos dos años, pero el impuesto afecta a los que compren casa, sean queretanos o foráneos. En impuestos, eso se llama hecho imponible y se aplica a toda persona que encuadre en el supuesto.
El impuesto afecta a las parejas que deciden comprar una casa, a los que menos tienen, a las familias de clase media que son el soporte de la economía queretana, a los recién casados, a los jóvenes que buscan tener una propiedad para proteger su futuro y a las empresas que dan trabajo. Y después viene el cobro de Predial.
El año pasado se recaudaron 960 millones de pesos por concepto de traslado de dominio y en 2017 tienen proyectado recaudar mil 200 millones de pesos que serán utilizados en seguridad, salud y movilidad. Como sociedad debemos exigir que los impuestos trabajen de manera eficiente en favor de Querétaro y que no sean meramente recaudatorios.