Terminada la cuarta ronda de renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) dejó una estela de incertidumbre que rápidamente le abrió paso al juego favorito de los “inversionistas” -los capitales volátiles- la especulación, afectando la estabilidad que el valor del peso frente al dólar empezaba a retomar.
Esta ronda han dejado en claro las pretenciones del señor de las Trumpadas para reducir los 64.3 miles de millones de dólares de déficit comercial con México: establecer un conjunto de reglas de origen que obliguen a que todo producto que sea exportado por México a USA en el TLCAN tenga una integración mínima del 50%, es decir, para que un producto sea exportado desde México se tendría que demostrar que al menos el 50% de sus componentes fuesen de origen norteamericano para que forme parte del “libre comercio” y no estar sujeto a los impuestos de importación que hoy no se pagan. Condicciones inaceptables para México, USA sacaría provecho por todos lados de las “bondades” de tierra, ingenierios y mano de obra baratos principales razones de la instalación de tantas plantas en nuestro país. Se colocaría una seria trumpada a los sectores automotríz y electrónico, pero con un efecto boomerang, desparecerían las empresas pequeñas y medianas que fabrican partes y componentes y que gracias a ellas, el costo de la cadena de suministro permite mantener el valor accionario en la bolsa de las armadoras y fabricantes electrónicos.
Se anuncia la quinta ronda en México, si los gringos hablan en serio, ahora si aparecen motivos para un alejamiento mayor entre los intereses de los tres paises y la amenaza de reventar el TLCAN se haría realidad.
¿Cuál sería el costo para México? Habría una fuga de capitales, como en 1995, la especulación haría su aparición con todo éxito, fenómeno que enriquece más a los ricos y empobrece más a los pobres. Sin embargo, Trump no se manda solo, deshacer el tratado tendrá costos políticos, sociales y económicos, la competitividad que el bloque económico hoy ha adquirido, desaparecía y viajaríamos peligrosamente al pasado. Tal parece más un juego especulativo.