Las autodefensas se empezaron a formar en 2013, cuando a sugerencia de aquel asesor colombiano que contrató el presidente de la República, se permitió la operación de los mismos
Sergio Ibarra
Las elecciones del pasado domingo 4 de junio, distrajeron la atención de un hecho que continua confirmando que ni el mando único, ni la policía única, ni la gendarmería, ni el proyecto de nueva ley de Seguridad han sido, ni son el remedio para hacer frente la situación que guarda la Seguridad en distintas partes de la Patria. Un nuevo grupo de autodefensa ha surgido en la última semana del pasado mes de Mayo en el Estado de Guerrero. Habitantes de diez poblados se han reunido para formarlo ante la violencia y las amenazas del crimen organizado.
Los civiles, ya armados, se manifestaron por las calles de Mezcala, la zona minera más importante de la región y bloquearon durante una hora un tramo de la carretera federal México-Acapulco. El surgimiento de esta policía comunitaria ocurre en medio de la situación de violencia donde los grupos criminales “Guerreros Unidos” y “Los Rojos” se disputan el control de esta zona.
El comisario al cargo del nuevo grupo, Leonardo Ávalos Ferrer, presentó ante los medios locales a la nueva policía de autodefensa integrada por los municipios de Eduardo Neri y Tepecoacuilco. Dijo que instalarían retenes para revisar los coches y personas que transitan por esta región, donde están asentados los grupos mineros Gold Corp y Media Luna. Para ubicar la zona, este corredor minero se ubica a 55 km de Iguala, donde desaparecieron los 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa.
Entre los testimonios que dieron los integrantes del grupo, se encuentra el que dio a los medios uno de ellos. Resulta que los grupos criminales les quitan el 10% de la renta anual que les pagan las empresas mineras por explotar el territorio, en un acto claro de guerrilla. Estos actos de guerrilla incluyen amenazas, ejecuciones, secuestros y extorsiones a los ejidatarios que rentan sus tierras a las empresas mineras.
Los grupos de autodefensa en el Estado de Guerrero y en el de Michoacán se empezaron a formar en 2013, cuando a sugerencia de aquel asesor colombiano que contrató el actual Presidente de la República, se permitió la operación de los mismos, con las consecuencias que hoy se observan. Como parte de lo anterior, se sabe que el grupo ha recibido el apoyo de otro más que existe en el Municipio de Heliodoro Castillo, una de las zonas con mayor producción de amapola. Pertiente recordar que el grupo de autodefensa más representativo fue el que surgió en Michoacán en 2013 contra de “Los Caballeros Templarios”, cuyo líder, José Manuel Mireles fue encarcelado y recientemente puesto en libertad. Un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos señala, que en más de la mitad de los municipios de éste Estado, existe la presencia de esos grupos de ciudadanos.
El pasado 31 de Mayo, dos o tres días después su formación, el grupo de Mezcala detuvo a dos presuntos agentes de la PGR por cobrar cuotas a negocios cercanos de la zona. Los agentes fueron identificados con sus credenciales como Onofre y José Gustavo, ambos pertenecientes al Centro de Operaciones Estratégicas con sede en la ciudad de Iguala. La detención fue realizada cuando los dos supuestos agentes tenían de rodillas y encañonada a una mujer en un restaurante en el municipio de Eduardo Neri. Los agentes traían armas, dinero en pesos y en dólares, seis celulares, cargadores, municiones, documentación y lo mas importante, una camioneta oficial de la PGR.
El grupo se negó a entregar a los agentes a la PGR y al 27 Batallón de Infantería de la ciudad de Iguala, a la primera por desconfianza y al segundo por tener relación con el grupo criminal “Guerreros Unidos”, de manera, que solicitaron la presencia del Ejército de otra zona, a cuyos miembros fueron entregados dichos agentes.
La información del estado que guarda la Seguridad se encuentra plagado de ambigüedades, ambigüedades que lo único que han creado es una mayor desconfianza en la ciudadanía acerca de las capacidades del Estado para establecer la paz. La terquedad de una parte de quienes dirigen las agencias policiales municipales, estatales y federales de no reconocer, que proporcionar Seguridad a la ciudadanía en el siglo XXI es el mayor reto que enfrentan, literalmente, quisiera subrayar, RETO.
Un RETO supone un desafío, enfrentar un objetivo que pone a prueba nuestras capacidades para poder afrontarlo. ¿Qué contiene este reto? comprender que vivimos en una sociedad interconectada 24/7, que la globalización trajo consigo la comisión de nuevos delitos que se vuelven difíciles de rastrear, como el lavado de dinero y la violación de la propiedad intelectual, que los criminales de hoy se entremezclan con la sociedad y se cometen crímenes igual en espacios públicos, privados y digitales y si lo anterior no es suficiente, la sociedad del siglo XXI vive en un ambiente permanente de desconfianza y de intolerancia.
Nos enfrentamos a nuevos conflictos armados. Ya no es entre naciones, es entre intereses de particulares que operan a nivel internacional, que no respetan fronteras, ni nacionalidades y que tienen recursos para poner en jaque a cualquier gobierno, mediante acciones guerrilleras y terroristas.
Comprendido y estudiado lo anterior, se tendría que asumir la intersección de las funciones de las fuerzas armadas y las fuerzas civiles. Y entonces, se podría empezar a dimensionar el RETO al que se enfrentan las autoridades del México del siglo XXI. Las corporaciones y quienes las dirigen se han empeñado en que la ciudadanía no pueda confiar en quien se supone esta para protegerlos, actos como los señalados y muchos mas lo corroboran: ¿Cómo reconquistar la confianza de una ciudadanía intolerante?.
¿Con una gendarmería? ¿Con el mando único? ¿Con una nueva ley? O con ¿Con grupos de autodefensas? No. El grupo Mezcala confirma un síntoma. Si Napoleón Bonaparte hubiera apostado a ello, nunca se hubiese fundado la primera República del mundo moderno.
Se necesitan liderazgos inteligentes, comprometidos y con agallas, pero muchas agallas para entrarle al RETO.
