El  21 de abril del presente año el Presidente de México, Enrique Peña, anunció su iniciativa para la legalización parcial de la marihuana con lo que se busca su uso en todo el país con fines médicos y se aumente la cantidad de droga que se permite portar para fines lúdicos. Dicha iniciativa  busca permitir la investigación clínica con fines de producción de fármacos derivados de la marihuana y que se aumente de 5 a 28 gramos la cantidad de marihuana que las personas pueden portar de manera legal.

Uno de los grandes debates que se esperan en el Congreso de la Unión cuando dé inicio la sesión ordinaria en septiembre en donde el contraste estará entre los que quieran de una vez perimitr su libre y generalizado uso y esta iniciativa para uso médico.

Es pertinente señalar que de acuerdo con el actual código de salud, que regula el consumo de droga, la ley mexicana reformada durante el gobierno del expresidente Felipe Calderón permite la posesión de pequeñas cantidades de droga de las que se cree que son para consumo personal y no para venta.

El código de salud permite la posesión de hasta 5 gramos de marihuana, 50 miligramos de cocaína y 40 miligramos de metanfetaminas, entre otros. Este cambio permitirá traer para uso personal el equivalente más o menos a una cajetilla y media de cigarrillos, pero esta vez no de tabaco, sino de toques o churros.

La legalización de las drogas se ha convertido en un asunto complejo. Complejo significa, que moverle solamente a una o dos variables, por un lado, tiene el alto riesgo de que rebote por otro  y con consecuencias que podrían agravar la situación de la concurrencia del crimen organizado y de la inseguridad que vive nuestra Patria. Optar por ésta alternativa para resolver la criminalización del consumo o adicción social a la marihuana, aun cuando sea con las mejores causas locales, tiene implicaciones que tarde o temprano implican al resto de la comunidad de América, desde la Tierra del Fuego hasta Alaska, ya que cualquier cambio al estatus actual, tendría consecuencias positivas y negativas locales, nacionales, regionales y  continentales. Se trata de un fenómeno que por definición debe considerar las afectaciones geopolíticas en sus planteamientos y soluciones. No somos una isla.

Permitir el que se siembre marihuana o que se importe para fines de investigación y medicinales, en el contexto que vive nuestra Patria, en que somos el principal canal y fuente exportación de ésta droga y otras, al mercado de mayor consumo a nivel mundial, va a suponer un conjunto de controles que la iniciativa del presidente Peña no menciona y que hoy no existen. Entre las consideraciones que se deben contemplar están las siguientes:

¿Quiénes podrán sembrar? ¿En dónde? ¿En qué cantidades?

¿Cómo se controlará la producción, tanto en volumen  como en su calidad?

¿Cómo se podrá saber que éstas siembras van a ir a parar la investigación y a la producción de medicinas que la iniciativa supone?

¿En qué cantidades y de que medicinas estamos hablando?

¿La demanda actual de estos medicamentos justifica un cambio de estas magnitudes en el marco legal? ¿Bajo qué condiciones se controlará la cadena suministro?

¿Bajo qué condiciones se permitirá que alguien investigue y que alguien haga medicinas?

… y lo más preocupante un régimen que no le quiere entrar a la ley anticorrupción… ¿Qué garantías da de que esto no va más que a crear más corrupción y más narcotráfico ilegal? Como le sucedió a Canadá y a Holanda países en donde se permite el uso lúdico de la marihuana y en donde el mercado negro se incrementó, claro porque como se podrá controlar el costo de una cajetilla de churros o toques.

Temas que la iniciativa ignora.

En cuanto a los churros o toques que los usuarios actuales y futuros de esta droga podrán darse con la mayor libertad, tendrá una consecuencia directa, agravar su estado de salud. Claro se asume que cada quien se haga responsable de su consumo como sucede con el alcohol. Surgen otras cuestiones adicionales: ¿En dónde se valdrá fumar marihuana? ¿En dónde no y bajo qué circunstancias se podrá controlar? ¿Se ha considerado que el permitir en forma abierta el consumo de marihuana podría traer costos mayores al sector salud para dar atención a adictos? …Para efectos de control de lo que se pueda portar, los policías a partir de que parcialidad podrán aplicar la ley a quien sorprendan con sus cajetillas de churros o toques… ¿traerán consigo una báscula? Y la otra, ¿se tendrá que habilitar una marihuanometro? Para detectar quien viene lo suficientemente pasado para que no deba manejar.

Se trata de un proyecto con una visión parcial que puede detonar más tráfico de armas, más lavado de dinero, más tráfico ilegal de drogas y promover un mayor consumo de la droga.

En el caso de que nuestros legisladores decidieran darle curso a esta ocurrencia, sería imprescindible considerar en su aprobación estos y otros planteamientos que hagan de esta iniciativa, una solución y no una ocurrencia.

Es evidente que la legalización daría al clavo en la solución pragmática del asunto, como para no variar la clase política suele hacerlo… pero ¿Y el futuro? ¿Y las siguientes generaciones? ¿Y la Moral? ¿Y el Orden Social?… Ahí que venga el que sigue y lo arregle, tal como con el conflicto del sector educativo, el chiste es ganar votos para el 2018. Seriedad se necesita para resolver asuntos serios. Y este es uno muy serio.