En esta semana hemos vivido los primeros días de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en Brasil en este año 2016. Quise tocar el tema porque este año han pasado desapercibido para la mayoría de las personas ya que las dos principales cadenas de televisión en México no han trasmitido absolutamente nada del principal evento deportivo mundial y que constituye uno de los eventos que más esperamos a lo largo de cuatro años, sin embargo en este año en México es diferente, casi nadie sabe que está pasando ni se ve la emoción de las justas deportivas.
Hablar de las Olimpiadas muchas veces nos trae el recuerdo de buenos momentos y de no muy buenos, sobre todo cuando nuestro país no ha figurado en la obtención de alguna medalla en las competencias deportivas, sin embargo y hasta el día de hoy vemos desafortunadamente que son muchos los intereses que están atrás de los deportistas, sin embargo creo que los Juegos Olímpicos son mucho más que las cuestiones políticas o de alguna otra situación.
Aún en la memoria de muchos recuerdan los Juegos Olímpicos de México 1968, enmarcados en situaciones complicadas para el país, sin embargo lo más reciente de las Olimpiadas y que sigue presente en la memoria de muchos de nosotros es cuando México gano la medalla de oro en los pasados Juegos Olímpicos en Londres de 2012; ahora nuestro país no paso ni siquiera la primera ronda del torneo olímpico de futbol.
Independientemente de esta situación, creo los Juegos Olímpicos nos dejan varias enseñanzas, la primera es la unión de las naciones y por ende de los deportistas, que buscan obtener un triunfo, pero muchas veces más que el triunfo es la convivencia de todos los deportistas. El triunfo es la consecución de un esfuerzo, de un trabajo que se lleva por un tiempo y que da por resultado el ganar una medalla; el obtener la victoria pero a la vez es de ser reconocido por lo que se ha
hecho.
Un segundo elemento de los Juegos Olímpicos es el esfuerzo que se hace para estar en la máxima gesta deportiva por parte de los deportistas y conseguir el sueño del triunfo del cual ya comente en el párrafo anterior. Este año por ejemplo llama la atención la presencia de los deportistas que han sido perseguidos o que son refugiados, algunos por ejemplo de Siria y que han sido cobijados y protegidos por la comunidad internacional. Es un ejemplo de humanismo tremendo que lo tenemos en esta justa
internacional.
Para los queretanos ha sido un orgullo que varios atletas en su momento lleven el nombre de Querétaro y el de México a estas competencias internacionales; en este año quisiera mencionar la presencia ahora no de deportistas si no de jueces en deportes, como lo es el caso de las sanjuanenses Amelia y Mónica Gómez Su, quienes están en Río 2016 y hacen presente a Querétaro en las Olimpiadas.
Mucho se tiene que aprender de los Juegos Olímpicos, mucho es lo necesario que se tiene que hacer para que los verdaderos deportistas estén ahí presentes, muchos son los ejemplos que los deportistas nos ponen a todos en esta justa y mucho que se tiene que aprender. Se recuerda cómo en la antigua Grecia las Olimpiadas eran un tiempo de tregua y de paz entre los pueblos; eso es también lo que debiera ser en este momento, una etapa de tregua y de paz para cambiar a la sociedad.
Yo esperaría que los políticos dejaran a un lado los discursos de apoyo al deporte y realmente en lugar de abrir lugares sin sentido, de gastar los presupuestos en cuestiones ajenas al beneficio de la ciudadanía, se dedicaran a fomentar el deporte y tener como ejemplo a todos los deportistas que están en las actuales olimpiadas. Falta una semana para que terminen, seguiremos viendo grandes logros y grandes ejemplos de quienes compiten para ser más rápido, para estar en lo más alto y para ser los más fuertes.